El primer acercamiento a las calles de China siempre me ha resultado una experiencia confusa. Ni siquiera en las nuevas megaurbes donde la cirugía arquitectónica se ha usado sin rubor alguno para trazar rectas y amplias avenidas es posible encontrar un sentimiento de orden, también ausente entre sus nuevos templos, esos gigantescos rascacielos de acero y cristal llamados a mostrar al mundo el emergente poder del país más poblado del mundo. La explosión china es tal que crecen descontrolados, superponiéndose los unos a los otros, como árboles en la densa jungla, con el único propósito de alcanzar el sol lo antes posible. En los cielos de China tampoco se encuentra la calma.
Aumentando el microscopio, adentrándose en las palpitantes venas que se bifurcan a partir de esas pulcras y geométricas avenidas, el desorden es la norma. Pequeñas y destartaladas madrigueras que albergan negocios diminutos se intercalan entre las nieblas de los puestos de comida callejeros. Los cables eléctricos deciden por voluntad propia por donde cruzarse, reproducirse y morir. Zumban los aires acondicionados. Los multiformes vehículos (algunos motorizados, algunos no y no necesariamente de dos o cuatro ruedas) se afanan en sus desplazamientos creando un oleaje constante. La vegetación frondosa se impone en algunas partes, royendo descuidadamente los cimientos de la ciudad. Los andamios de luengos bambúes desafían a la gravedad, elevándose sobre el hormigueo en constantes construcciones llamadas a una cruzada imposible contra la humedad y la vejez prematura de las paredes. Los neones, protagonistas principales de muchos paseos, resisten a menudo como únicos focos de luz en callejones marchitos, iluminando en parpadeos de colores antagónicos cestas de comida, mercados de lo improbable y peceras de plástico. Escondidos entre sus pliegues, para todo aquel que disponga de ojos astutos para encontrarlos, se encuentran decenas de santuarios, sorprendentes refugios de calma con aromas de incienso.
Tal es el palimpsesto de las calles de China.
Esa es la fachada. Hipnotizante aunque acerba y sin embargo una invitación a la arqueología, un desafío a perderte entre los dédalos de los hutongs y comprender la vida en la incomprensión. Mi primera visita fue complicada, pero reconozco que cuanto más voy sabiendo de este país tan inabarcable, más se incrementan las ganas de seguir descubriéndolo, no solo en las grandes y ásperas ciudades, sino en las distintas Chinas que se asientan en su vastedad. Por que tras esa máscara de cristal y acero que decora a esta excelsa y renacida China sigue estando, aunque cueste verlo, el corazón humilde y digno de sus gentes. Y son esos atisbos de complicidad en la incomunicación los que me hacen desear atravesar ese muro y saber más de ellos. Descifrar más de ese amalgama de palpitaciones en el barullo.
Durante un par de semanas en Noviembre, pude aunque fugazmente, recorrer Cantón, Hong Kong y Macao. He aquí un homenaje a la vida en sus calles.
Este viaje por China fue parte de un Minubetrip por China con AirFrance y KLM.
que grandioso articulo sinceramente los viajes son un tema que me apasionan y con la llegada de las redes es mucho mas facil conocer lugares maravillosos gracias por la publicacion
Muchas gracias! 🙂
Me ha encantado Ignacio. Besitos.
Mil gracias!!
Preciosas fotos ignacio, captan muy bien la atmosfera que se respira en las calles de china
muchísimas gracias! me alegro que te hayan gustado y sobre todo que haya sido capaz de coger un poco de la atmósfera de China! 🙂
Impresionantes fotografías, te trasladan directamente a otro mundo. Hay algo mágico en ellas. Me quedo por aquí.
Muchas gracias y aquí tienes tu casa! 🙂
Estas fotos tuyas tienen alma de Tri-X o HP5, Ignacio… Venga, anímate y tira unos carretes en uno de tus próximos viajes. ¡Me encanta la penúltima foto! Menos cantidad y déjanos así apreciar mejor las perlas 😉
Un abrazo!!
Uy, no me tientes, no me tientes!! jajajaja… pero creo que para pasarme al analógico llego un poco tarde. 😛
Acabo de descubrir tu blog investigando un poco más sobre Isfahan, me ha encantado el artículo y las fotos de la ciudad. Me voy a poner las botas haciendo fotos en Irán.
Las fotos de China también son muy buenas. Enhorabuena!
Vas a flipar!!! Buen viaje!!!