El Caminito del Rey ya no da miedo. Lo dio. Probablemente fue escalofriante cuando abandonado en la memoria de los hombres quedó a merced de una naturaleza hambrienta que lo iba devorando poco a poco. Esa fue su segunda vida, una versión decadente que hechizaba a los más inconscientes y los menos temerosos a atravesar sus restos agujereados sobre acantilados y precipicios. Un insignificante vestigio de repisa sobre paredes verticales que llamaba a la adrenalina y que le valió el sobrenombre de �camino más peligroso del mundo�.

Su primera vida comenzó allá por principios del siglo XX, cuando solo los carentes de vértigo se atrevían a pasar por encima de unos tablones precariamente apoyados sobre vigas de acero clavadas a la roca y con la única sujeción de alambres y cuerdas. Un pobre y apurado enlace para que los operarios de la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro puedieran comunicarse y desplazarse entre dos saltos de agua a través del impresionante desfiladero de los Gaitanes.

(Imagen de Blog El Caminito del Rey)

Un camino que a pesar de su deleznables condiciones empezó a formar parte de los habitantes de El Chorro y otros enclaves cercanos. Era el momento de que la ingeniería tomara el control y lo habilitara en una obra nada sencilla sobre escarpadas perpendiculares. Todo un desafío que culminó en un recorrido, ahora si, sólido, con barandillas y hasta luz eléctrica. Por allí pasó el rey Alfonso XIII para admirar la construcción e inaugurar la presa del Conde de Guadalhorce, creando el sobrenombre que habría de quedar para la cultura popular: �El Caminito del Rey�.

Fue su momento de máximo esplendor, como atajo para los habitantes de el Chorro, con niños cruzándolo para ir al colegio y pastores traslandando a sus rebaños. Sin embargo, el paso del tiempo y la falta de mantenimiento lo llevo a irse desmoronando. Su leyenda negra crecía a la misma velocidad que se desprendían más y más trozos hacia el vacío. La seguridad había quedado olvidada y el reto por atravesarlo empezó a crecer. Ni siquiera cuando se volaron ambas entradas se pudo disuadir a los temerarios. Acabarlo era la medalla necesaria.

Como podría esperarse de un recorrido que ostentaba este título de inseguridad, amenaza y riegos hubo bastantes accidentes de final trágico y seguramente los habría seguido habiendo, si no fuera porque se decidió restaurarlo y usar su fama para convertirlo en una atracción turística.

El problema volvía a ser el mismo que décadas atrás. El terreno seguía siendo igual de impracticable y la solución habría de ser similar. Alpinistas y espeleólogos colgados por el desfiladero para construir de nuevo un camino suspendido sobre el vacío y a unos metros del trazado antiguo que se mantiene como un vestigio de otra época. Un año a la intemperie de la fría roca con helicópteros transportando material y una estructura a base de tablillas, de tal manera que las reparaciones puedan ser más sencillas.

En total 15.000 tablillas de madera, junto con 1500 metros de malla metálica para conseguir dos objetivos: El primero ha sido recuperar este camino maldito y hacerlo apto para todos los públicos y el segundo dejar de aterrorizar al personal. Uno puede imaginarse lo que fue en sus peores momentos, pero la sensación de seguridad es tan grande en todo momento que no hay hueco ni para el vértigo ni para el miedo. Incluso en su pequeño balcón de cristal, solo hay curiosidad. Quizás sean los metros del puente colgante sobre un suelo de rejilla los que puedan trasladarte con un poco más exactitud a esos años anteriores.

¿Y si nos quitan la adrenalina, que nos queda? ¿Merece la pena viajar hasta allí para conocerlo? Quizás más que nunca. Tendrás un entorno único, precioso y realmente asombroso que no te dejará indiferente. Casi 8 kilómetros de ruta, de los cuales 3 son de pasarelas. Me aventuro a vaticinar que el recorrido será, eso sí, sorprendentemente lento. Es demasiado bonito como para recorrerlo con prisas. Es demasiado bonito como para no quedarte ensimismado y sacarle decenas de fotos.

Más información:

Visitar el Caminito del Rey, fue parte de un minubetrip por Costa del Sol junto con Machbel, El mundo través de un visor, Mis viajes por ahí, En el Mundo Perdido y Los Viajes de Claudia.

El Caminito del Rey: Web | Reservas

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