Sin poder evitarlo, me temo que vuelvo a empezar un post (breve) con una disculpa por la desaparición. Ya saben: la falta de tiempo, que si esta vida loca no da para nada y demás etcéteras. No les aburriré con excusas. A cambio han aparecido por mi disco duro unas cuantas fotos que como naúfragos en una balsa han llegado a tierra y han sobrevivido al mar de instantáneas que mueren ahogadas, olvidadas y sepultadas por otras, esas mismas que oyeron con esperanza un «en cuanto vuelva las proceso» que cada vez se oía más bajito perdido entre las olas. ¿Se lo habrían imaginado?
Pero aquí está. El Pacífico. Tengo un cariño especial a este océano, no se porqué. Será porque incluso cuando sus atardeceres parecen que se han olvidado de ti para darse a la comodidad del manto de nubes, te acaban regalando algo como esto. Quizás y a pesar de las nubes (¿o debería decir gracias a ellas?) el mejor de todos mis días de visita por Costa Rica.
Como dudar de él. El Pacífico es mucho Pacífico.
Dominical, Costa Rica. Abril 2015.
Y eso que a primera vista no parece nada de lo que luego resulta ser: un océano en toda regla.
¡Como pueden perderse unas fotos tan HERMOOOSAS!
Toda mi admiración para tí.
Saludos.
Menudas fotazas.
Que envidia. Un saludo
Menuda maravilla de cielo, de oceano, de fotos… de TODO!!! 🙂
Te recomiendo visitar Panamá la próxima vez. Bocas del Toro o Kuna Yala completamente recomendable para ti que te gusta la aventura 😉
Eso es un atardecer y lo demás son tonterías. Me encantó Costa Rica!!
Vaya fotos. Me he quedado con la boca abierta. Maravillosas