La playa de Almería se llenó de hogueras.

Brotaban sobre la arena rodeados de gente hipnotizada con la danza de sus llamas, creadas para dar al sol del solsticio de verano algo más de fuerza ahora que su energía empezaba a decaer y los días a acortarse. Magia pagana, pero magia al fin y al cabo, porque el sol debilitado conseguía recuperarse y volver a traer el calor a la tierra antes de volver a apagarse en un ciclo en el que necesitaría el hechizo del hombre y sus fuegos eternamente. Y eternamente en cada San Juan se repite por muchas partes, la costa brilla sigue iluminada con la llegada de la noche y la gente sale a las playas a celebrarlo. Fuego y mar. Agua y llamas. Comida, música, bailes. No hemos cambiado tanto en estos siglos. ¿Qué más necesitamos?

Ah, que preciosidad San Juan. ¿Como me lo había podido perder tanto tiempo?

Parte de un minubetrip por Almería para conocer la provincia y en especial esta fiesta.