Se agradecía la chaqueta entre el ambiente frío y la hierba aún llena de rocío con un sol apenas acababa de despuntar y que aún no le había dado por calentar. Según nos contaban estábamos de suerte, el tiempo no había acompañado en las últimas semanas en La Rioja y hoy se esperaba un día de sol radiante sin apenas nubes. Ideal para volar.
La vela del globo se extendía, tan larga como era, instantes antes de comenzar a hincharse, inflada por unos ventiladores que solo la abrían a lo ancho. Aún no entraba en juego el quemador, el mismo que habría de levantar a la enorme bolsa por los aires. A su lado, la cesta que habría de llevarnos a 6 personas parecía diminuta y a merced de demasiadas variables. Tantas que parecía increíble que pudiera ser controlada por tan solo una llama, pero así era.
Viajar en globo consiste en conocer y entender las corrientes de aire y subir a la altura que te lleve en la dirección que deseas. Antes de preparar una ruta, tienes que tener en cuenta en que sentido soplará el viento ese día y a partir de ahí preparar la manera de hacer el recorrido. Si tu objetivo es sobrevolar un determinado punto, el sentido del viento será el que te indique donde tienes que empezar.
Es tan complejo el arte que en las competiciones, muchos tiene libertad absoluta para comenzar donde ellos entiendan que es el mejor punto y a partir de ahí, lanzarse a la conquista de su objetivo. Después solo queda subir y bajar entre corrientes de aire para ir girando e hilando fino.
¿Y donde se aterriza? De antemano no puede saberse, más que de una manera aproximada. Es por eso que la furgoneta tiene que ir siguiendo al globo, mientras intercambian datos por los walkies para acercarse lo más posible. Además, a la hora de aterrizar, solo importa la dirección en la que vuelas. Si a un lado tienes un campo estupendo, pero no está en tu linea, olvídate de él. No existe para tí. Solo queda seguir hasta que se interponga uno en tu camino.
Teniendo todo esto en cuenta y desde la ignorancia como una experiencia caótica y carente de control, me sorprendió la habilidad de los pilotos para tenerlo todo bajo control. Muchas horas de vuelo y muchas clases para anticiparse a todo y saber llevarte donde querían y como querían. Para mi, un indescifrable secreto en forma de vientos, presiones y otros palabras cuyo significado desconozco, para ellos, un lenguaje tan rico en matices que les permitía sobrevolar viñedos a apenas un metro de altura sin despeinarse, pasar por encima de tejados o elevarse a más de mil metros para deleitarse con las vistas.
Un vuelo, el del globo, calmado, sin sobresaltos, como un suave travelling infinito e imposible, en silencio absoluto. Si en silencio, porque el globo se mueve con el viento, así que es eres parte de él y por lo tanto no lo oyes. Alucinante y precioso.
Parte del Minubetrip que hicimos por la Rioja | Más info: Globos Arcoiris
¡Vaya fotazas!
¡Preciosas! Buenas tomas de mi tierra
Saludos
Fotazas!!!
Me ha encantado cómo lo has descrito y plasmado con imágenes 😛
No paras!
http://www.marcospaunero.com/0retoque.php
Fantástico post!
¡Qué pasada! Las fotos, como siempre, espectaculares…
@SantiMB gracias!!
@JonyMao, una tierra preciosa!
@Memoriadepez, *^_^*
@Pau, gracias artista!!
@Marcos, eso nunca!
@Valentín gracias!
@joaquín, gracias!!!
Espectacular!!!, vaya fotografías, nos sabría con cual quedarme.
Esteban, gracias!! 🙂
Que maravilla. Tengo que probar algun dia, parece emocionante a la vez que precioso.
Te encantará! si puedes no lo dudes!! 🙂