(Retomo aquí, en los últimos suspiros del 2012 y albores del 2013 lo acontecido en Junio de 2011, en la segunda de las tres entregas aún inacabadas de lo que debería ser la trilogía de posts dominicanos)
-¿Y ya te has echado una novia dominicana? – preguntó con picardía, curiosidad y sin importarle demasiado la respuesta – Ya sabes que en el momento en que aterrices en España tendrás que venir a buscar otra – añadió a continuación, sin darme la oportunidad de responder, antes de estallar en una carcajada junto con el resto de la concurrencia.
Así transcurría la conversación en el interior del colmado, entre paquetes de tabaco, cocacolas, patatas fritas y productos en conserva. En las calles de Santo Domingo, los colmados, nuestros clásicos ultramarinos, se convertían en el centro social de los barrios. El mostrador hacia las veces de barra, y en las mesas colindantes los habituales se echaban su café o su ron, al ritmo de la conversación o de los golpes de las piezas de dominó.
Terminé mi refresco antes de seguir con la conversación. No podía decir que no supiera de que estaba hablando, tristemente en las calles ya había recibido unos cuantos �te amo� llenos de sonrisas falsas incluso de quién no era capaz de comunicarse en español. Un �como te llamas� pasaba directamente a la declaración de amor, seguida de un �llévame contigo�. Pero todo el mundo sabía a lo que se jugaba, bueno, todos menos yo, que de momento solo lo intuía.
Acabar llegando con una novia dominicana al viejo continente, para que desapareciera de tu vista. Un �sácame de aquí� desesperado, en el que no quería tener nada que ver, pero que se trataba con tanta naturalidad que se asumía como practica habitual. Chicas y chicos que se te ofrecían. Un archiconocido problema, indisimulable y relativamente poco escondido tras las capas de humanidad y hospitalidad de la isla.
La alegría de los Dominicanos, contrasta con su pobreza y sobre todo al descubrir que siglos atrás está isla había sido la colonia más rica del mundo. La historia se remonta a la llegada en 1492 de un tal Colón a este mundo aún por descubrir. Sus primeras paradas en las Bahamas y en la actual Cuba le llevaron a acabar fundando Villa La Navidad, el primer asentamiento en el Nuevo Mundo, en esta otra isla hoy compartida por Haití y República Dominicana y que ha sufrido demasiado.
Los habitantes originales, los taínos (o pueblo amable), fueron devastados por los Españoles. Unos cuantos fueron capturados para que Colón pudiera impresionar a los Reyes Católicos y el pueblo amable, decidió que había llegado el momento de dejar de serlo. Los taínos arrasaron la Navidad obligando a Colón a establecerse más al este en La Isabela. No corrió mejor suerte y fue asolada por las enfermedades. La nueva Colonia volvía a desplazarse hasta acabar llegando a Santo Domingo.
Y a partir de ahí, los taínos tenían todas las de perder. Diezmados por las enfermedades del Viejo Mundo, fueron esclavizados para trabajar en las minas de oro, siendo sustituidos mientras desaparecían por esclavos importados de África. Las minas se acabaron y de Santo Domingo empezó su declive, perdiendo incluso sus privilegios de puerto comercial entre ambos mundos a favor de Cuba, mientras los españoles centraban sus atenciones en Tierra Firme: México y Perú.
Que estuviese pésimamente gestionada por los españoles, no hacía que la Isla, que respondía a el nombre de La Española, no fuera un bocado jugoso y aunque los ingleses intentaron entrar, no tuvieron el éxito del que gozaron los franceses, que consiguieron asentarse en el Oeste. Francia ganaba terreno, al igual que hacía en Europa y convirtieron su colonia en la más rica del mundo. Dos palabras: azúcar y esclavitud. En el siglo XVIII la mitad del azúcar y café del mundo provenían de la Colonia francesa, más productiva incluso que las colonias inglesas en Norteamérica (que también contaban con la esclavitud como motor).
Reflejando la situación en Europa, los franceses y españoles de la isla se hacían la vida imposible, hasta que los colonos españoles abdicaron y dejaron la totalidad de la isla en manos francesas. ¿Sería este el principio de una etapa de tranquilidad? Lógicamente no.
Atentos a la sucesión de eventos: Comenzaban las revueltas de esclavos. Ganaron. A Napoleón no le hace gracia y envía tropas francesas a reconquistarlo. Ganaron. Recomienzan las revueltas y los negros y mulatos volvieron a ganar consiguiendo casi la totalidad de la isla salvo una pequeña guarnición de Franceses al Este. Se declaró esta casi totalidad de la isla como república independiente de Haití. Los franceses volvieron a la carga… y volvieron a ganar expulsando a los haitianos hacia el Oeste. Con ellos regresaron muchos colonos… españoles. Si. Como lo oyen.
Los españoles al tiempo, decidieron que se habían cansado de los franceses y se sublevaron (anda que también, vaya ojo el de los franceses). Los españoles se hicieron cargo de la parte francesa, pero no mostraron mucho interés en mantenerla y decidieron relajarse mientras los haitianos se rearmaban e invadían sin piedad la totalidad de la isla. La parte del Este se sublevó contras los haitianos estableciendo en 1844 lo que se conoce como República Dominicana. Pero como no se fiaban de los haitianos, decidieron volver a someterse bajo dominio español para que les ayudaran en caso de que hubiera una invasión. Al tiempo decidieron que había sido un error y comenzaron la guerra de la Restauración contra los propios españoles para librarse de ellos. En toda esta locura de idas y venidas, España acabó retirándose de la partida supongo que al grito de �¡¡estamos todos locos!!!�
Ya como República independiente, llegaron las épocas convulsas que se suceden al intentar definirse como país. Golpes militares, levantamientos y 21 cambios de gobierno en algo más de 10 años, una dictadura y finalmente elecciones no exentas de polémica y muchos muchos casos de corrupción que han ido convirtiendo al país en un vestigio triste de lo que fue.
Las calles de Santo Domingo, desprenden ese aire colonial ya marchito, de gloria pasada, aunque sus suelos empedrados que rezuman historia, sigan siendo maravillosos de pasear. Muchos probablemente hayan olvidado su complicado e injusto origen y les baste con disfrutar del tiempo que tienen entre cafés y charlando amablemente con conocidos y extranjeros, ofreciendo una silla al que pasa, que seguro tiene algo interesante que contar aunque no lo sepa. Y la vida sigue, ajena a los libros de historia y pasa día tras día a las puertas de los colmados, donde quizás inconscientemente cansados de las acciones de las generaciones anteriores hayan optado por dejar de mirar atrás.
República Dominicana, Junio 2011
Todas las fotos son de Santo Domingo e Isla Saona
Excelente recuento!
Me encantan los retratos!
Qué bonito, el texto y las fotos… enamorada de estos retratos!!!
Un beso
Alicia
Como siempre, eres un genio con las fotos (aunque cuando hace frío salgas con la cámara y pinta de homeless) 😉
Tremendas fotos Ignacio como siempre. Seguro que te acuerdas de esas playas cristalinas en tus próximas andanzas de peregrino en invierno :). Buen Camino amigo
Qué buenos los retratos!! Y además he aprendido algo de historia de la que no tenía ni idea.
Formidables tus fotos ! Gracias por compartirlas.
Nunca me canso de ver tus fotos, increibles!
Una vez más, un estupendo relato Ignacio. Hacía ya tiempo tenía abandonado tu blog, por falta de tiempo, y hoy al entrar, me encuentro con uno de tus fabulosos relatos.
Desde estas lineas te deseo un Feliz Año Nuevo, lleno de viajes y aventuras, que de seguro aunque sea muy de vez en cuando saco un ratito para disfrutar de ellas.
Un fuerte Abrazo
Diego
Me encantan las fotos!!