(Recupero aquí, unas cuantas fotos que vagaban sin rumbo por mi disco duro de un par de días que pasé en el Berlín Otoñal hace ya casi un año)
Ya me habían advertido que sería divertido, pero no podía imaginarme ni las dimensiones, ni la cantidad de cachibaches absurdos, muchas veces más próximos a chatarra que a enseres útiles, que poblaban las abarrotadas e improvisadas calles del Flohmarkt am Mauerpark.
A pocos, parecía importarles. Berlín, al fin y al cabo ha hecho de los retales su enseña y estilo. Es inevitable sentir esa sensación de romanticismo añejo al pasear por sus calles, extrañamente encantadoras a pesar de la amalgama de elementos que sin orden ni concierto las habitan.
El mercado, era por tanto, una buena metáfora de la ciudad. El día otoñal no había podido ser más agradable y la multitud, vestida bajo la luz suave de la estación, destilaba buen rollo. Yo no pensaba comprar nada y allí estaba, perdido entre ellos. Contagiado del humor afable de su desorden.
Podías imaginarte esas maquinas de madera para moler cafe, esas colecciones interminables de vinilos, cueros y vajillas con historia decorando cualquier casa berlinesa, el olor de las castañas asadas remarcando que nunca pasa el tiempo. Sin embargo, pocos lugares de Alemania son tan avanzados como Berlín, cuna de tendencias que marca el ritmo de muchas ciudades europeas.
Es este contraste entre el ayer y hoy, entre estar parado y no dejar de moverse el que le da su encanto a Berlín. Cambiar para seguir igual, en la inercia del movimiento. Mirar nostálgico al futuro.
Acabé vagando sin rumbo, perdido por Kreuzberg, el equivalente del East End londinense, saltando entre ambas orillas del río mientras atardecía, o visitando el ya muy decrépito Tacheles. El que fue un emblema del Berlín okupa, dedicado al talleres y el arte postmoderno, el mismo que resistió a la segunda Guerra Mundial y cuyo interior no quedaba un solo rincón sin graffitear.
En aquel entonces (hace casi un año de esto) aún se podía visitar y ahora ya cierra sus puertas definitivamente. A pocos parecen importarle. Muchos de los inquilinos, recibieron dinero para irse a otro lado y los pocos que quedaban lo desalojaron voluntariamente cuando llegó el momento. Quizás víctima del turismo (recibía unas 300.000 visitas al mes) el Tacheles ya había dejado de ser lo que fue. Todo se transforma.
Aguantaban para mi sorpresa, y ahora con la cara renovada y restaurada el icónico centenar de murales del East Side Gallery, que había sido víctima del acoso de firmas y garabatos de visitantes a lo largo de los años añadido a la erosión propia de obras al aire libre. Mensajes de esperanza tras la caída del Muro, cuya renovación ha estado cargada de polémica, especialmente porque las obras más deterioradas se taparon y se volvió a pedir a los autores que las repintaras, a lo que muchos se negaron. Así que ya no se sabe que queda de historia y que es parche encima. Muy Berlín.
Aunque siempre merece la pena acabar, aunque sea por tradición, recorriendo el camino que une Alexanderplatz con Bradenburgertor, a través de Karl-Liebknecht-Strasse y Unter den Linden, sobre todo si es para descubrir que has llegado en el único fin de semana de un festival de luces y la mayoría de los edificios emblemáticos están iluminados.
Por unas cosas o por otras, Berlín siempre te acaba enganchando y envidio a quienes tienen la posibilidad de vivir allí más tiempo para sacarle jugo a esa ciudad inconcebiblemente alemana.
Berlín, Octubre 2011
Todas las fotos, en su galería de flickr
ostras igna …. que buenos recuerdos … comparando estas fotos con las de Noche vieja … solo puedo decir … Peeeeeerrra has aprendido ha hacer fotos!!!!! (vamos mucho mas de lo que sabías)
Fotacas y ganas de ir para allá.
Grandes fotos Ignacio. Una ciudad especial sin duda, una ciudad en la que pase grandes momentos varias veces, allí vivía mi ex novia . Abrazo
Qué recuerdos… Estuve hace ya unos años y seguro que cuando vuelva la veré muy cambiada.
Como siempre grandes, grandes fotos.
Me he encantado el post. Las fotos, claro que sí, son brutales pero también la manera en la que, de manera ligera y muy bien redactada, nos conduces a través de tu relato. Gracias.
Que pasada de fotos! Son espectaculares… Me estan entrando unas ganas locas de irme, ahora mismo, a visitar esa hermosa ciudad. Que propuesta más alucinante!!
si te aptece pasarte por mi modesto blog, serás bienvenido http://www.yoadoroviajar.blogspot.com
Saludos,
Trini
Geniales las fotos,
Saludos viajeros
Berlín siempre merece una visita, por sus calles, su gente, su ambiente, su historia…A mi me tiene enamorada, me parece una de las mejores urbes europeas , en la que siempre puedes descubrir algo nuevo. Saludos.
Mira por donde… hoy me he comido un Berliner! 🙂