Palma de Mallorca. El epicentro de una isla que tan solo recordaba de esos días ya pasados en los que acabamos, como creo que otros tantos de las mismas quintas, allí en el viaje de fin de curso de octavo de EGB. Si había un Octavo. Eran otras épocas. El abuelo se aclara la garganta y sigue.
Así que en mi memoria, que nunca fue buena, no se acordaba más que ligeramente de la excursión a las masificadas cuevas del Drac, la playa más de noche que de día y alguna de esas discotecas tan lúgubres que inevitablemente se recuerdan con algo (no mucho) de cariño. En fin. Un viaje de fin de curso. Así que a efectos prácticos, era como si volviera a pisar la isla. La Perla del Mediterráneo.
El problema de oír cosas como �La perla de…� es que algo te dice que ya lo has oído antes. Efectivamente. No hay más que hacer una breve, búsqueda en el empollón y sabelotodo google y te confirma que este titulo nobiliario autodenominado se comparte con otros como Barcelona, Ceuta, Croacia, Roda, la Costa Azul y algunos más. Con lo cual uno concluye, que o empezamos a regular estos eslóganes publicitarios para darles algo más de originalidad y exclusividad o por el contrario aceptamos que el Mediterráneo está lleno de perlas.
Palma de Mallorca, desde luego lo era. Y eso que todos los que habían pasado por allí, incluso los mismos habitantes de la ciudad, afirmaban que lo mejor estaba fuera. Conjunto exclusivo en el que hay que quitar de la isla a su ciudad principal para quedarse con algo fantástico. Vaya. Y yo que quería perder algo de tiempo por sus calles y no hacía más que oir hablar de calas, rincones ocultos, etc etc. Desde luego, para ser una gente que aseguran que es imposible que haya un lugar del mundo mejor que Mallorca, habría que piropear un poco más a su capital.
Cosa que hacen, los que la viven más de noche, donde empiezan a aparecer las luces de clubes y discotecas y entonces el ambiente cambia completamente. No en vano, esa promesa de fiesta es la que atrae a gran parte del turismo que se reparte por las islas Baleares. Pero en fin, antes de dar alguna que otra vuelta y ver calas y playas y alejado de todas esas imágenes… ¿Qué tenía el centro histórico que ofrecerme?
Pues un montón de calles preciosas, coloridas, perdidas entre callejones, castillos, murallas y catedrales, pintadas de sombras gruesas, trazadas con un sol limpio y fuerte. Carros de caballos (confieso que no me lo esperaba) y más turistas que mallorquines (claro que aunque escriba esto en estas fechas, no fue sino en Julio cuando estuve por allí) paseando en chanclas por las calles. Me confirmaban, que a unos meses más tarde, es decir, más o menos a partir de ahora, la humedad se empieza a meter por todas partes y que… hasta hace frío. Sí.
Pero en aquel entonces, se paseaba alegremente, entre avenidas, desde la Plaza Major hasta El Palacio de la Almudaina, la Seu, Ses Voltes, la Plaza de Espanya, la Rambla, Jaume III, y un sinfín de puntos más. Capas de historia que se han ido cubriendo siglo a siglo. Desde los honderos baleares, los romanos, los musulmanes, vuelta a los cristianos, mientras se comerciaba con el Magreb, Italia o el imperio Otomano, comercio que enriqueció mucho la isla. No hay más que dar una vuelta por la zona central y buscar los detalles.
Así, que sí, hay vida en Palma de Mallorca, más allá de la nocturna. Créanme, que aunque uno vaya a repantigarse al sol al lado del mar, merece la pena pasar un día por la capital.
Con especial agradecimento para Ac Jarit, que tuvo a bien de hacerme de guía. 🙂
Unas fotos fantásticas, entran muchas ganas de darse un paseo por el centro de la isla!
Un saludo!
Las gracias siempre a ti, Ignacio. Aunque eso de guía me viene muy grande. Como siempre, un placer.
Ja no manches, juro que muchas calles que han salido en tus fotos se parecen a las de Guanajuato en México o debería decirlo al reves :P. Ya me tocara andar por allá
saludos
Buenos recuerdos de nuestra visita en el verano por las calles de la capital. Nos quedamos encantados perdiéndonos por las callecitas, viendo tiendas y disfrutando de la arquitectura. Que pena no haber gastado un día más, merece mucho la pena.
Muy buenas fotos, seguro que el guía fue espléndido, a pesar de su modestia. Las que más me han gustado, la cuarta foto, la sexta, y la última (muy impactante).
Me quedo pendiente del siguiente post.
Una sonrisa.
Qué raro se me hace ver en tu blog las calles de Palma por las que paso cada día. ¡Ya estoy impaciente por ver el resto de la isla!
Qué raro se me hace ver en tu blog las calles de Palma por las que paso cada día. ¡Ya estoy impaciente por ver el resto de la isla!
Más que la perla del Mediterráneo, la llamaban la isla de la calma. Pero me temo que también ha perdido ese título. La Palma antigua, la Palma medieval es preciosa y por supuesto, el viajero no debe perdérsela. Unas fotos preciosas, como siempre. Me quedo con la última también, el interior de la Lonja tan azul parece un sueño. Gracias por esta difusión.
Yo también redescubrí Palma este año (que solo había ido de fin de curso hace años, pero de monitora, vamos, aún peor :-)), y me encantó, la verdad…
Preciosas fotografias!:D
me muero de ganas de volver a esa ciudad!
ya hace unos años de la última vez que estube y me enamoró!:) sus calles y sus colores me encantan!
es que las islas son preciosas!
UN BESAZO!
Por cierto, te dejé un premio en mi blog, pásate a recogerlo cuando te venga bien!
La última me gusssta, las demás tb. Abrazos
Hermoso lugar, dan ganas de conocer la isla, las fotografias estan estupendas, espero conocer pronto, este maravilloso lugar…saludos
Raquel, es que tiene un centro bien bonito!
AC Jarit, pues cubriste el expediente brillantemente! jajaja!
Monchoman, bueno, tiene muchas menos cuestas que Guanajuato!! Jejeje!!
Javier I. Sampedro, muy cierto!!
Darthpitufina, el guía fue de lujo. 🙂
Katiana, jejeje… es que no se parecen? 😉
Ada, es que esos apodos se han ido quedando desfasados. 🙂
Yoda, idem!
Juliet, a mi me queda aún mucho por descubrir!!
Japogo, jajaja!!
Hoteles, gracias!!
🙂