Desde el principio la nieve nos había acompañado, extendiéndose a ambos lados de la carretera mientras el coche rodaba con el miedo de encontrar algún tramo helado. Mi memoria que, debo añadir, nunca fue muy buena no recordaba haber visto antes las grandes extensiones de Ávila entrando en Salamanca tan blancas.
La capa de nieve se extendió mientras dejábamos atrás Gredos para alcanzar las montañas de la Sierra de Béjar, en cuyas faldas, enmarcada en blanco estaba nuestra cita anual con la familia, las viandas, las comidas copiosas y los reencuentros.
(Del dominó…
… a los tablets, en cuestión de minutos ^_^ )
Un ritual elaborado, que bien podría resumirse como desayunar, salir a dar una vuelta (que no es sino una excusa para picar algo), volver a comer, empacharse, echarse la siesta, despertarse, salir a dar una vuelta (la misma excusa), volver a cenar, volver a empacharse y aguantar hasta que el sueño alcance sus límites a base de risas. No me negarán que es un planazo.
Pero esta vez había que romper la milenaria dinámica para aprovechar la gélida cara de la sierra en todo su esplendor. Y los 1637 metros de altura de Peña Negra con el embalse de Navamuño a sus pies parecieron a ojos de los más sabios el lugar ideal.
Y en efecto, los sabios no se equivocaron. Subida por caminos con nieve virgen, donde sólo los jabalíes y zorros habían pasado por allí antes que nosotros, bajo ramas heladas y ríos casi congelados hasta alcanzar la pétrea cumbre de la Peña. No podría decirse que esta vez no habíamos hecho méritos suficientes para darnos, sin culpa, a los pucheros de la abuela y las tías.
Así seguirá, esperemos que hasta que la salud no lo impida, mucho tiempo, la cita ineludible, año tras año, que el pasado tuve la osadía de saltarme. ¡¡A quién se le ocurre!!
(Para Dani, porque el año que viene no haya que verse a traves de una webcam. ¡Un abrazo primo!)
Planazo!!!
Estuviste rodeado de paisajes muy navideños y en familia guaooo!!
Con todos los muñecos de nieve que yo hubiera hecho…
Muy bonita tu navidad, un abrazo hasta allá.
Aunque debía hacer un frío que pelaba, se irradia mucho calor humano 🙂
Me encanta la foto 9, parece que las ramas sean grietas de la imágen.
Hola Ignacio …
Espero que no te hayas cansado de responder a las preguntas que cierto días nos convocaste a realizar. Yo, aquí, espero impaciente. Y mientras sigo disfrutando de tus fotografías …
Un abrazo
Sin duda, un plan inmejorable!
Yo también adoro estos encuentros.
Un saludo y feliz año!
PD: ¿Seguirás respondiendo preguntas no? 🙂
Qué potita es la nieve.. y la familia 🙂
Me alegro de que lo pasaras bien, y por cierto, es un gustazo leer/ver tus reportajes incluso cuando andas en familia 😉
Mmmmm… y no hubo partida de risk???? ¬_¬U
Memoriadepez, I know!!
Alesi, nieve en DF no tenéis mucha, verdad?
Pati, el bosque estaba espectacular!
Romm, soy lento, pero seguro. Las respuestas llegarán. Sigo preparándolas! Gracias por la paciencia.
Marta, igualmente! (si, terminaré lo que empecé con las preguntas)
Vane, y el cerdo, y el cabrito, y el cochinillo… 🙂
Alberto / Zumito, gracias!
Queseyo, mira, hemos descubierto un juego que se llama Time’s up, y que es glorioso para jugar con la familia. Vicio máximo!
🙂
Mucha nieve, pero transmite una calidez este post que pa qué… Nice!
uhhhh la familia izquierdo con el pequenio vastago van de treeking… con razon lo traes de sangre eso de caminar.
Muy bonito detalle, me alegra que asi sigas. Saludos
Japogo, *^__^*
Monchoman, jajajaja!! si, al lado de la familia soy un don nadie de la montaña! 🙂
🙂
Unas fotos preciosas, todo el reportaje de Béjar me encanta, como no si es la tierra en la que vivo.
Todo tu blog es espectacular, unos reportajes muy buenos. Lo iré siguiendo con calma para verlo todo.
Felicidades y gracias por alegrarme la mañana viendo estas fotos.
Kike, un placer!
🙂