(Intentando recortar el retraso, sin suerte alguna. Este post debería haberse publicado un 30 de Marzo de 2010)
«¡Soy siervo del Fuego Secreto, administrador de la llama de Anor! ¡Tu Fuego Oscuro es en vano! ¡Llama de Udûn! ¡Vuelve a la Sombra! ¡NO PUEDES PASAR!»
Después de dos días sin ver el sol, entre densas nieblas y lluvias que me impidieron disfrutar de los picos de los Alpes del Sur, llegar a Wanaka bajo los rayos de sol fue una bendición. El lago, rodeado por montañas y con el parque nacional de Mount Aspiring al fondo, brillaba con vida propia. Luz. Al fin.
Lo cierto es que en general en estas pequeñas �ciudades� que uno se va encontrando por el camino, no hay mucho que hacer. Todas parecen diseñadas para atraer al relax. Paseos alrededor del lago, cafeterías al sol, algunos restaurantes y una vida que se extingue a eso de las 7 de la tarde. Llegar más tarde implica encontrarse todos los establecimientos cerrados y una sensación de lugar fantasma donde no habita un alma.
Entonces, ¿que hacer? Siempre hay mucho que elegir, pero en la mayoría son actividades al aire libre. Si que hay algún lugar �histórico� que visitar, pero desengañémonos, con los primeros europeos llegando a finales del siglo XVIII, lo más probable es que cualquier casa de Madrid centro (por ejemplo) sea bastante más �histórica�.
(Nada de histórico, esto es todo arte moderno)
Pero para ayudarte en la tarea de el que hacer y como y donde hacerlo, Nueva Zelanda tiene un servicio de ayuda al turista que deja en evidencia a cualquiera de las oficinas de turismos del resto del Mundo (o al menos de la parte que he vistitado yo). Mapas, rutas, horarios, condiciones climatológicas… es sencillamente genial. Sólo hay que llegar a una zona, buscar el i-site (information site) y en dos minutos tienes multitud de ideas para hacer. ¿Quieres un trekking largo, o un trekking corto? ¿Quieres un lugar donde tomarte un café o quieres volar?
Es indudablemente, lo primero que hago en cuanto llego a un destino. Hola. Vengo en furgoneta. Donde puedo aparcar para pasar la noche (sin pagar, claro). Donde están las duchas públicas (si las hubiera). Internet. Supermercados. Horarios. Y que puedo hacer entre hoy y mañana (con la venia del tiempo).
– Uy, lo mejor es que vaya hasta el Parque Nacional y desde allí puede hacer rutas gloriosas, desde unas horas, hasta varios días. ¿Tiene un 4×4?
– No pero tengo al Canario Milenario, que se sube lo que haga falta y por donde haga falta.
La muchacha dudó.
– No se lo recomiendo caballero, hay que cruzar ríos, el camino no está asfaltado, bla, bla, bla.
Esto es lo que no se puede hacer. Ponerme la miel en los labios con un lugar fantástico y luego asegurarme que no puedo llegar. Y lo que era peor, ¡¡estaba dudando de la capacidad del Canario Milenario!! Eso si que no, maja. Esto es un ataque frontal al orgullo. Envido más. Entro al trapo. Para allá que vamos.
Y para allá que llegamos. Los ríos apenas habían sido de unos metros de longitud sin apenas profundidad y salvo el traqueteo por el camino empedrado que había creado unaa capa de dos dedos de polvo por fuera (y por dentro) de la furgoneta, no había tenido mayor problema. (¡¡Exagerada!!)
Opté por una de las rutas más clásicas de la zona. La Rob Roy Valley Track. Unas cuatro horas entre ida y vuelta por el corazón del Parque Nacional. Además, añadiendo un día espectacular y terminando la receta con un ambiente otoñal que ya hacía demasiado que añoraba. Tras casi nueve meses de verano, echaba de menos los amarillos, naranjas y ocres.
Y efectivamente, se merecía el paseo. Bajo la sombra de los árboles, el arrullo del río, entre un estrecho paso para llegar a ver el glaciar… desde abajo. En mitad de un valle cerrado, un circo de montañas por donde caían cascadas y la gente se perdía en la distancia. En lo alto en glaciar imperecedero, desafíando al sol. El mismo Glaciar, que habréis visto y esta vez desde arriba, en las primera imágenes de las dos Torres (mientras el eco de una voz gritaba imponente un tal �¡¡No puedes pasar!!�).
Creo que es imposible terminar en una sola vida todas la rutas que hay por las montañas de Nueva Zelanda. Todas son demasiado apetecibles y algunas requieren de tres, cuatro o más días. Travesías entre picos nevados, lugares donde sólo se puede llegar andando, con cabañas perdidas, listas para ver amanececer y atardecer.
Es sin lugar a dudas, un país preparado para disfrutar del campo. Y eso me lleva a que, a pesar de estar dedicándole mucho mucho tiempo, ya me huelo que volveré y está vez será sólo para perderme en la montaña.
No estamos sólos, Sam.
Todas las fotos, a pie de lago, por encima y desde las montañas más lejanas, aquí.
Un lugar fantástico. Ya me imaginaba como debía ser, pero me está sorprendiendo la Nueva Zelanda que nos enseñas.
Una fotos fantásticas.
Un abrazo!!!
1º en comentar! 🙂
yuhhuuuuuuuuu!!!! grandes fotos!!!!! que peaso de sitio!!!!
Pues en cuanto pasen un par de meses me imagino cómo se va a poner todo eso de blanco.
Hablando de cosas de casa, ya hemos conseguido ver la versión extendida de LA COMUNIDAD DEL ANILLO. Y vamos a por la tercera. Me gustó más Hobbiton en tu blog que en la peli pero el descubrimiento de las urbanizaciones de los elfos valió la pena, je je je.
Avanti y a por la Antártida.
Maravilloso…
gracias
Creo que ya se donde pasaré mis últimos años cuando sea asquerosamente rico XD Que paz trasmiten las fotos. ¿Cómo está el nivel de vida por ahí en comparación con España?
Qué pasada de lugar!!
…y de fotos…
Cualquiera se mete con tu canario, jejejee, te veo volviendo a NZ el anho q viene para traertelo contigo!
Pero quién es capaz de poner en entredicho a Canario Milenario??!!! Herejes!!!
Las fotos increibles…dan ganas de sentarse allí, al lado de los árboles, con un té bien calentito y tomar el sol… mmmmmm…
No encontraste la entrada a Mória??
Nueva Zelanda es tierra de trecking, de esfuerzo y de recompensas, por que solo con el esfuerzo se puede disfrutar de momentos tan especiales como los que estas viviendo.
Posdata: Entiendo perfectamente la sensación de, «Que no puede yo hacer eso con mi furgo» jaja Llevamos demasiados km. a cuestas con nuestra auto para no entenderte.
Saludetes.
Vaya cambios de paisajes neozelandeses… si tienen de todo oiga!
Ahora que esos posados del Canario son el no va más.
PD: Q pasa con la personalización del vehículo? Hay algún tuneado ya en marcha? Queremos post dedicado a los interiores y anécdotas del Canario.. cuando se preste claro y haya sumado suficientes km para ser digno de ello!
Mira que me está gustando NZ… que me iría allí a vivir.
Yo creo que es más histórico el canario milenario que esas casas. Precioso todo.
Las imágenes son simplemente obras de arte!
Si las fotos de estos paisajes te dejan con la boca abierta me imagino que verlos en persona son «breathtaking»!
gracias por compartirlos!
que preciosidad de fotos!
No me digas que no se te ocurrió buscar el túnel de salida de Moria…
loccoooooo…. no fuerces tanto la máquina… que el canario es milenarioooooooo!!!!! …. el sitio espectacular!
Un beso.
Da la impresión que unas manos gigantes hayan dejado caer la nieve encima de las montañas 🙂
A ver cuando nos pones fotos del canario milenario por dentro, que ya debe ser todo un hogar 😛
no dejo de sorprenderme de Nueva Zelanda. Cual era tu objetivo de Nueva Zelanda, seguro que ya sabías que existía todo eso verdad??.