(Post que llegó cuando llegó aunque lo tuvo que haber hecho el 3 de Diciembre de 2009)
�Welcome to Malasia, sir!� Los saludos eran constantes mientras alguno se atrevía a ir más allá y a entablar una básica conversación, aderezada con alguna recomendación. Pero había algo que no cuadraba. Algo no encajaba. Mi sentido arácnido zumbaba. ¿Y no me piden dinero? ¿No me quieren llevar al taller artesanal de su suegro? ¿Ni al hotel de su primo? ¿Ni venderme cinco tours a special price for you, my friend? ¿Dónde estaba la trampa? Tremendamente sospechoso.
Pero no. Al día siguiente todo seguía exactamente igual. Los muchachos que cruzaban la calle en bicicleta me deseaban una buena estancia, que lo pasará bien, seguían las charlas animadas, honestas y mis malas sospechas cultivadas en meses de desconfianza se quedaban en nada.
Había llegado a Malasia. A mitad del camino entre China y la India. Ya en el siglo II fue el punto más cómodo para que ambas pudieran comerciar. Así llegaron y así se quedaron. Los locales, los chinos, los hindúes y todos los que vinieron detrás. Casi dos mil años después Malasia sigue siendo un punto de encuentro donde conviven pacíficamente musulmanes, hindúes y chinos más otras cuantas minorías. ¿Quién dijo que era imposible?
Es precisamente esta mezcla la que le da su mayor encanto a Malasia. Aunque mayoritariamente musulmán, lo mismo te encuentras una mezquita que un templo hindú, o uno chino. Chinatown, Little India y todas las mezclas de colores y sabores que uno se pueda imaginar. Fascinante mezcla.
Por supuesto también llegaron los europeos, pero unos cuantos siglos después y para variar al ruido del dinero, en este caso de las especias. La cadena de intermediarios llegaba a los mercaderes venecianos que se la compraban a los mercaderes árabes que a su vez se la compraban a los mercaderes hindúes que a su vez las compraban en la prospera ciudad de Malaca. Claro, que por aquel entonces Malasia cómo tal no existía, sino que estaba dividida en regiones controladas por sultanes.
Esto lo solucionamos en un pispas, dijeron los portugueses. Que es eso de que los italianos se lleven todo el pastel de las especias. No, no y mil veces no. Nos vamos nosotros hasta Malaca y montamos un monopolio en cero coma dos. Usemos la vieja estrategia de mandar un pequeño barco, incordiamos un poco, que secuestren a la tripulación y ya tenemos la excusa perfecta para organizar una invasión en toda regla.
Dicho y hecho. Llegaron se plantaron, se zurraron durante un rato y Portugal se quedó con el monopolio de las Especias. Pero la envidia, que siempre fue mala, hizo mella en los holandeses que se situaron disimuladamente al sur, en la ahora Indonesia, se aliaron con los Sultanes y se quedaron ellos con el Monopolio. Lo sentimos en el alma, mis hermanos, pero por ahí tienen la puerta a Lisboa.
(Y yo aprovecho para comentar, que nunca lo hago, la curiosa costumbre no solo Malaya sino del sudeste asiático de servirte las bebidas en bolsas de plástico. Aquí zumo de caña de azucar. También confieso que soy adicto)
¿Serían los holandeses los últimos? ¿Nadie echa de menos a nadie? ¿Estamos todos? Lógicamente, los británicos navegaron buscando parte del pastel. Pero con la elegancia que les caracteriza optaron por otra estrategia. Que darse de palos, sólo si no queda más remedio, my darling. Francis Light llegaba a otra pequeña isla. La deshabitada Penang. Aquí salvo algunos pescadores no hay nadie, pues visto y no visto, ahora es mío. Le pongo un fuerte, una baderita y es la hora de empezar a desviar el mercado. Y se estableció que en Penang el comercio fuera libre. En 20 años Penang contaba con más de 10.000 ciudadanos.
Y fue esta, la isla de Penang, donde se encuentra la colorida Georgetown, mi primera parada malaya. Interesante lugar. Si ya de por sí me resultaba extraña la idea de encontrarte musulmanes, chinos e hindúes tan ricamente mezclados por las calles, si además estás eran de cargado aire colonial y por lo tanto europeizadas la cosa se volvía más ecléctica, rematado con que la mayoría de la gente se comunica en inglés. ¿Pero donde estoy? ¿Esto que es?
Malasia, sir.
Welcome.
Como siempre y antes que nada, agradecerte que compartas tu viaje con todos nosotros…
En Ecuador cuando pides la comida para llevar, tambien te meten las bebidas en bolsitas de plastico, a mi me parecio asqueroso al principio, pero al final como todo, te acostumbras.
OSScarre?!?!?!
XD
El relato tan bueno como las fotos!
me encanta tu manera de «doblar» las distintas nacionalidades y los diálogos de guerra que te montas, jajaja. Deberías escribir libros de historia, serían mucho más fáciles de estudiar y más divertidos 😀
A mi también me impresionó la mezcla que hay en Malasia y lo bien que conviven todos. Es muy interesante, y eso que solo vi algo de KL y luego en Sabah por Borneo, pero no me importaría repetir 🙂
Genial el post! Bueno, como todos ;p
Por lo q cuentas, Malasia debe parecerse bastante a Singapur, donde puedes tomarte un te en Little India, cenar en Chinatown, tomarte una copita en un Hotel d estilo europeo y terminar la velada escuchando Jazz en el arabian quarter… OOoohh qué recuerdos! Sigue disfrutando Ignacio! Pronto me uno a la mágia de tus viajes este fin de año en Tailandia 😉
tus fotos son increinbles!
=)
Me voy cuatro días a pasear por las blancas montañas del pirineo aragonés y llenas el blog de entradas, uff casi no acabo hoy mi ruta de blogs jeje.
De nuevo fantastica clase de Historia y estupendas fotografías.
Vanessa: «»Deberías escribir libros de historia, serían mucho más fáciles de estudiar y más divertidos «» y mucho más pequeños y menos pesados, que capacidad de síntesis tienes Ignacio.
saludos
Mmmhhh… es como la torre de Babel, pero con entendimiento. Curioso, curioso. Gracias por acercarnos también a Malasia!
Hace muy poquito que conozco de tu blog, y comence a seguirte y ademas de las fotos bellas que posteas, me encantan las historias que nos cuentas.
gracias!
jurrrrr… bolsas de plásticoooooo!!!… menos mal que te ponen la pajita.. jajjajaaa…
Disfruta del momento no timo!!!
Un beso.
Pues parecía cerveza… 😛
Curioso lugar, vaya. Tiene que ser la caña… ¿Y siguen sin querer sangrarte?
Que bueno que ya te la creíste, no te quieren estafar, ha de ser reconfortante después de estos últimos dos meses sí no me equivoco.
también por acá venden el agua fresca de frutas en bolsitas de plasticos XD.
Has pillado buenos cielos ehhh bribon. Zumo de caña…¿? A que cohones sabe eso.
Slds
Eso tiene que ser dulzón. Y yo que apostaba por una cerveza. Pues lo veo una buena idea. Si ves una foto no tienes que sujetar el brebaje entre las piernas. Te lo cuelgas en el brazo y a afotar.
Vaya cambio!
Buen resumen de la historia colonialista en Malasya!
^_^
OSScar, ya ves, aquí también te haces a ello… la verdad es que ya ni me importa. 🙂
Juan José, muchas gracias!
Vanessa, jajajaja! Es que si no me parece que queda todo demasiado serio. 🙂 Los libros de historia míos iban a quedar de un rigurosooooo… XDD!!!
Javier I. Sampedro, si, está por toda esta zona. Todas las ciudades tienen su little india, su chinatown, su zona de mezquitas… mola!
alKO, ahi nos vemos! No tardes… 🙂
Ana Borba, muchas gracias!!
Jose Diego, ya ves… es que no te puedes despistar ni un momento… jajaja!
Japogo, es una torre de babel de convivencia, demostrando que no es tan dificil como muchos quieren hacernos creer… 🙂
Veronica, bienvenida. Muchas gracias!
Cristina, disfrutando del momento no timo, como dices tu. Jejejeje… 🙂
Lograi, siguen, siguen… a ver si dura.
Monchoman, pues si, se agradece un montón, la verdad.
Carlos Castillo, Caña de azucar, tremendamente dulce y con hielitos… requetefresquito para el calor sofocante. 🙂
Oria, jajajaja… claro, para hacer fotos va genial! Lo que pasa es que yo me compró la bebida y me dura un pispas… 🙂
Nuala, cambios, cambios, cambios… parece mentira lo que llevo ya!!
🙂 Gracias a todos por pasaros por aquí!!!
un mesclado babelistico y demonstrativo!
seguro que se puede hacer : el problema no viene de los pueblos o de las religiones.. viene unicamente de la idea que hay un poder (economico, politico… religioso) … una illusion bien conocida..
(en Africa se encuentra en todas partes agua,a veces con «menthe», helados en bolsas de plastica … unas «amibes» tambien)