(Vamos con la excusa de hoy… ejem… ejem… por fuerzas ajenas a mi voluntad – esto siempre queda bien – estoy debería haberse publicado el 10 de Noviembre de 2009)

Quién lo iba a decir. Cuando uno conoce a la gente de los países de sureste asiático, con esas amables caras siempre mostrando sus mejores sonrisas, poco se imaginaba uno que aquí se libraban las más cruentas, sanguinarias y encarnizadas batallas entre ellos hace unos siglos.

Tanto es así que cuando los primeros europeos llegaron por lo que aún no era ni Tailandia amparados en un tratados comerciales cuando corría el siglo XVI se sorprendieron de la brutalidad de este pueblo (vamos, que la Inquisición… unos aficionados).

Si la historia nos ha enseñado algo es a odiar a nuestros vecinos. No es el sureste asiático una excepción. Allí se repartían palos y se curtían el lomo los jemeres (que darían paso a los camboyanos), los Champas (de donde llegarían los vietnamitas), los Lannas (originadores de los tailandeses y los Laosianos), los Birmanos… todos ellos en intentos de expansión que acababan haciendo de todo menos amigos.

Así el mapa político cambiaba de siglo en siglo y ciudades pasaron por diferentes dominios. Hay por lo tanto un batiburrillo de lo que era mío, que también fue tuyo, pero ahora es de este otro. Entonces ¿De quién es?. Válgame.

Es por ejemplo, el caso de Sukhothai, que comenzó siendo parte del imperio Jemer, antes de que algunos gobernantes Tais unieran fuerzas en pleno siglo XIII para expulsarlos. De su unión surgió un reino que se expandió durante dos siglos. No fue el primer reino Tai, pero su importancia lo hace se considerado como un punto cero en la historia Tai.

(Mañana y tarde en Sukhothai)

Fue el origen de la Edad de Oro tailandesa, dando lugar no sólo a las primeras formas de escritura tai, sino a todo un imperio cuyo centro, la propia Sukhothai de 45 kilómetros cuadrados, que duró hasta que hubo luchas de poder por la sucesión (¿esto no os lo esperabais, eh? ¡un clásico básico!) que acabaron debilitándolo hasta que fue absorbido por un recién emergente poder. El de Ayuthaya. Siam.

Si algo ha destacado Tailandia en su historia es por su asombrosa capacidad de manejo de la política internacional en todas sus épocas que hizo que nunca haya sido colonizado por ningún país europeo. En aquel entonces (siglo XVI) ya destacaron con respecto a otros países comenzando a tratar con Portugal y creciendo a base del comercio internacional.

Tampoco duraría. La expansión birmana hizo que Ayuthaya cayera durante un breve periodo. Fue recuperado para ser arrasado en una segunda invasión por parte de Birmania. Devastada y con la población exterminada la historia de Tailandia volvía a cortarse… y Ayuthaya quedaba abandonada.

Pero ambos los restos de ambos y antaño magnificentes imperios aún puede visitarse hoy en día. Seguramente fueron muy grandes, pero no nos engañemos, no son tan impresionantes como la actual maquinaria publicitaria tailandesa quiere hacernos ver. �¡El Angkor de Tailandia! ¡igualico, pero con menos turistas!� reza la publicidad. Pues no. Oigan. Ni por asomo.

No digo que no sean interesantes (que lo son), pero a grandes expectativas, grandes decepciones. Si bien es cierto que el templo central de Sukhothai (Wat Mahathat) da bastante juego, la mayoría de los templos son sólo para ese viajero que mezcla a Indiana Jones con CSI. Si. Aquí hay dos piedras. Reconstruyendo los hechos en este escenario… ¡¡Esto tuvo que ser un templo!!. Y claro, para los que carecemos la esa imaginación, pues al final acabas viendo rocas colocadas a un centenenar de metros de… otras cuantas rocas.

Añadan a la receta que uno ha llegado y superado ya su umbral de saturación con templos y esculturas de budhas, así que si me hacen recomendar, me quedaría con los templos principales, los que vienen en todas la guías. No gasten ni uno de Bahts en ningún otro. Advertidos están.

Pero antes de interrumpirlos banalmente con mis observaciones, habíamos dejado la historia en puntos suspensivos. ¿Fue la terrible y aún hoy recordada devastación birmana el fin de los Tai? Ya sabemos que no, pero ¿cómo siguieron sus derroteros?

¡Otro! nuevo poder resurge (amigos de Saruman). Que yo soy heredero de herederos, hijo de reyes, y yo, y yo, y yo también. Ale. A darnos guayas hasta que el más fuerte tenga razón. Y así el general Taskin se hizo con el poder y trasladó la capital a Thonburi., al oeste del río Phraya ¿Qué no os suena de nada ese nombre? ¿Y si os digo que ahora es una de las zonas de… Bangkok?

De hecho el gobierno de Taskin no duró mucho. Un golpe de estado, una ejecución y circulen, que aquí no ha pasado nada, movemos de nuevo la capital a la otra orilla del río. Ahora sí. Bangkok. Aunque por aquel entonces tenía otros nombres: Rattanakosin (La joya de Indra) o Krungthep (la Ciudad de los Ángeles). Estamos en 1782.

Comienza un periodo en que el nuevo Siam se abría a Europa, adoptando muchos de los avances occidentales, como los sistemas militares, burocráticos y legales, infraestructuras, etc. a la vez que gritaba �ahora me toca a mí� y comenzaba a expandirse, haciéndose con gran parte de Camboya y Laos. Supo jugar sus cartas posicionándose entre los intereses ingleses y franceses, ejerciendo una posición de país tapón pero para asegurarse la no invasión tuvo que ceder parte de sus terrenos: Camboya y Laos a Francia y varios estados del Sur a la Malasia inglesa. Prathet Thai (el país de los Thai) tomaba la forma que tiene hoy en día.

Con la II Guerra Mundial y la invasión del sureste Asiático por parte de Japón, Tailandia volvió a ejercer de malabarista político. Se asoció con Japón y estuvo a puntico de declarar la Guerra a Estados Unidos y a Gran Bretaña, pero entre que si, que no, que no estamos muy seguros, que vete a saber que pasa, y que el embajador de Tailandia en EEUU dijo que nanai, que el no entregaba la declaración formal de guerra, al final se realinearon con los aliados, con lo que quedaron como parte de los ganadores. Y en este circo, en la pista principal, con todos ustedes: ¡¡Tailandia!! Plas, Plas. Aplausos.

Todo esto a EEUU le venía como anillo al dedo, porque así podía controlar la expansión comunista en el sureste asiático en plena Guerra Fría. Y mientras tanto la situación interna de Tailandia se recrudecía. Se sucedían los golpes de estado que sorprendentemente han ido prosperando hasta una democracia. Tomen nota, que desde 1932 hasta hoy en día, Tailandia ha tenido… ¡17 constituciones! Y en todas ellas el Rey figura como cabeza del estado.

Siguiendo con datos curiosos de su historia reciente las elecciones de 2001 fueron consideradas las menos corruptas de su historias (¿no es genial tener un ranking para esto?) y por primera vez el gobierno completo sus 4 años de gobierno. ¡Ole!. Maravillas de la democracia. Claro, tampoco duró. En las elecciones de 2005 se compraron votos, volvió a subir la corrupción y… ¡oh! ¡Sorpresa! en 2006 se produjo… ¡¡Otro golpe de Estado!! Si esto no es vicio ya me dirán. Se volvía a abolir la Constitución, se imponía la ley marcial, se censuraba a la prensa y se controlaban las comunicaciones. ¿Donde hemos visto esto antes?

El último capítulo de este esperpéntico panorama político llegó en el 2007 cuando se celebraron nuevas elecciones, con una nueva Constitución dando el poder al Partido del Poder del Pueblo. ¿Duraría? Que preguntas… ¡Por supuesto que no! Disturbios originados por la oposición queriendo incluir cambios en la recién estrenada Constitución, disturbios y altercados en Bangkok, estado de emergencia, dimisión del primer ministro y venga, elección de nuevo mandatario, a por unas cañas y mañana Dios dirá.

No es por tanto de extrañar que tanto ajetreo político le suponga unas cuantas mofas de sus vecinos. Nada como esta nuestra comunidad. Y si me preguntan, yo por mi parte puedo asegurar que a los tailandeses no se les ve demasiado preocupados. Total, si ya saben que esto no va durar, ¿no?

Todas las fotos de este post son tanto de Sukhotai, como de Ayuthaya, que pese a quejarme la verdad es que han quedado la mar de aparentes. 🙂