Las estrellas se apagaban intermitentemente según las tapaba el movimiento de las últimas nubes furtivas de la noche, intentando escapar sin éxito de la capa de plata que creaba la luna. La última noche en Luang Prabang. Mientras paseaba completamente sólo por las calles de vuelta al hotel pensaba en lo mucho que iba a echar de menos esa ciudad.
Luang Prabang respira tranquilidad. Sus calles coloniales cargadas de casitas bajas te obligan a pasear entre ellas, a perderte por las calles. A pasear por el borde del Mekong o del Nam Khan, donde la selva espera en las orillas opuestas. Rodeada de verdes montañas, repleta de templos, llena de monjes, es para vivirla. Es difícil explicarlo, pero hay lugares que te llegan en el momento justo. Con la dosis necesaria de calma sin llegar a perderse en el aburrimiento. Exactamente lo que necesitaba tras bastantes días en Laos a la carrera.
Sabía que era mi última parada en Laos. La visa se me acababa y me quedaba sin visitar las tribus del Norte (a la lista de excusas para volver), así que lo disfruté como el broche final que se merecía este país, donde todo transcurre a otro ritmo. Así que forcé mi umbral de saturación de templos, las últimas comidas laosianas, las últimas cataratas, las últimas sonrisas.
Luang Prabang a pesar del aire de villa que muestra es el principal centro turístico del país y por lo tanto de ingresos. Esta antigua capital de Laos, es un perfecta encrucijada de caminos entre los viajeros que van o vienen hacia Tailandia o Vietnam. Parada obligatoria.
Y es que no sólo la ciudad es fantástica. Los alrededores, tónica general en todo Laos, son espectaculares. Y si. Hay más cuevas. Más templos. Y más cataratas. Pero… ¡Que cataratas! Parques con aguas turquesas donde poder darte un chapuzón, cosa que se agradece con el achicharrante calor de la zona. Un pequeño trozo de paraíso selvático.
Otro de los atractivos de la ciudad es ver la mayor congregación de monjes budistas recibiendo almas. Más de 400 silenciosas figuras naranjas recorren las calles de madrugada recogiendo comida que dan los creyentes. Es un acto de respeto que permite la continuidad de la vida religiosa en el budismo.
Reconozco que mis expectativas eran tan altas con Laos, que una vez empecé a recorrer el país, me dí cuenta de que me había excedido. Supongo que no es fácil competir con la imagen dorada que tengo de Myanmar y me costó hacerme con el ritmo de este país. Siempre sucede un poco lo mismo. Pasas los primeros días perdido, con la mentalidad del lugar anterior y cuando ya empiezas a tomar las riendas del nuevo modo de vida, vuelves a cruzar una frontera.
Aún así, agradezco enormemente la calma con que abordan al turista en Laos. Puedes pasear tranquilamente por los mercados sin sentirte asaltado y sin tener que salir corriendo agobiado. Es más, muchas veces hasta tienes que despertar a quién tiene que darte servicio. Oiga. ¿Alguien en la sala? Nada. Qué si me vende usted algo de agua. Que si me dice los precios de los tours. Oiga. Oiga. Eo. Que si tiene a bien cobrarme la entrada al templo. Si. Yo. Que quiero pagar. Despierte. ¡Despierte! Lo echaré de menos.
Abandoné Laos hace tres días. Y llegué a Tailandia tres días después. Un extremadamente relajante viaje de dos días remontando el Mekong, cruzando la frontera en barca (esto ha sido nuevo), más un par de autobuses me han llevado a Chang Mai. Al Norte. Se acabó el subir. Comienza el trepidante descenso hacia el Sur que culminará en algún momento en Nueva Zelanda. Abandonar las montañas para sumergirme en el mar. También he comenzado ya mi sexto mes de viaje. ¿Quién decía que el viaje sería largo? Recuerdo con la misma cercanía que lejanía mi llegada a San Petersburgo. Oh. La maldita relatividad. Frena. Frena.
De momento a ver que depara Tailandia. Ciertamente tengo muchas ganas de este país, cuya única imagen hasta la fecha, Bangkok, no me dejó todo lo satisfecho que quisiera. Me da que los tailandeses lo saben y se han preparado para sorprenderme. Lo sé. Porque ya lo han hecho. Pero la sorpresa también me la guardo para mostrarla (si se puede en unos días). ¡Se admiten apuestas!
Más fotos, entre templos, cataratas, monjes y gente increible, aquí.
6 meses ya, enhorabuena!
y sobretodo gracias por compartir tu viaje con nosotros 🙂
como siempre unas fotos preciosas, y unos sitios con unos colores que producen que uno se sienta bien.
hasta el próximo post y con ganas de saber más!
En Vietnam nos encontramos con algunos viajeros que nos hablaron maravillas de Luang Prabang pero aún así me han sorprendido esas cataratas, ¡¡Que maravilla!!. Nosotros cruzamos la frontera en barca entre Tailandia y Laos, en el triángulo de oro, tan solo para ver un pequeño poblado turístico, quizá sea por ahí por donde has pasado tu. Una vez más un maravillo post.
Con respecto a los seis meses de viaje me limito a citar a konstatinos Kavafis:
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias…
No lo pongo entero para no abusar pero aquí lo puedes leer si te interesa: http://www.cica.es/aliens/gittcus/kavafis
Nos mantenemos expectantes hasta tu próxima entrada.
Un abrazo.
6 meses ya… Se me han pasado volando también (es lo que tiene el sofá XD)
Disfruta del territorio asiático que te queda, que imagino que con el barco también vendrá el cambio de chip de la gente.
Sabes cuantos años Ulysse se ha ido???
tus fotos son siempre muy bonitas
Peterhof parece muy cerca y alejado tambien!
Cuantas maravillosas cosas has visto desde la empieza de tu vuelta? Seguro que hay momentitos dubitativos… pero lo mas difficil (tomar la decision de partir)lo has hecho; cierto que hay una frustacion a no quedar mas para ver mas…pues es la maleta del viajero!
buena seguida ….y suerte como siempre
Si parece el otro día cuando empezabas tu andadura y mira ya. Cada vez a mejor, y ahora Tailandia, a ver que nos descubres de este pais que lo tengo pendiente, sólo conozco Bangkok al igual que tú y no me defruaudó.
Un saludo!
Oh! Entre estas están algunas de las mejores fotos de tu viaje, o al menos esa sensación he tenido al ver la segunda…que ciertamente invita a sentarse y descansar!
6 meses! qué rápido ha pasado el tiempo!
Ahora comienza el sur para un Ulises sin nostalgias!
Qué siga siendo tan bueno!
Sorpresa? huelo sorpresa!?
^_^
Esto es como los buenos libros, que no puedes soltarlos, pero te da cosa ver que menguan las páginas que te quedan…
Creo que todos sentiremos cuando acabes el periplo, pero de momento ¡queremos más, más!
Tailandia debe ser espectacular, porque gente de países vecinos como Malasia me la han recomendado como sitio turístico. Eso habla de lo bonito que debe ser porque, ¿conocéis algún español que le recomiende a un extranjero ir a Portugal de vacaciones en vez de a España?
Sigue disfrutando del viaje Ignacio, que nosotros disfrutaremos de tus fotos y relatos.
Un saludo.
Sigo en el año 2006, pero ya estoy a finales…Qué enganchada.. riete tú del robert landon ese…O del Stieg Larsson, esto si que es un enganche de los buenos…
También tengo que decirte que de vez en cuando le echo unas miraditas a la actualidad, qué la vida sigue…Qué fotos!!!Qué preciosidad… Y cómo has cambiado…ja ja.Un beso desde diciembre del 2006.
No sé cómo, pero primero fueron los días, luego las semanas y ahora han empezado a correr hasta los meses! Será que no están cundiendo y pasan volando por eso.
Enhorabuena por ese camino recorrido hasta ahora y por el que te queda…
PD: Quise haber escrito: «será que NOS están cundiendo… of course!».
Peazo viaje te estás pegando, macho! Aunque eso de viajar solo también tiene que ser durillo (un fantástico viaje interior, desde luego!).
Nos estás haciendo disfrutar mucho y tener mucha envidia, a partes casi iguales, diría yo… No creo que me haga nunca un viaje de estas características, así que me basta con el tuyo para hacerme una idea de qué se siente! 😉
En serio? 6 meses ya? Pues a mi también me parece que pasaste ayer por Rusia.
Vaya chulada de foto!
Ya 6 meses? Hostia tio, esto pasa rapid’isimo! Enhorabuena tio! Me ha encantado el ambiente de esta capital, apacible, amable… y con chapuz’on final.
Me encanta la foto de los paraguas :D!
Que rápido te deben haber pasado estos 6 meses, debes haber absorbido cantidad infinita de experiencias…
Suerte en Tailandia!
Oye, están espectaculares las fotos y felicidades por el Premio Bitácoras. 🙂
Saludos desde Argentina.
Laura
http://www.lacoctelera.com/vidasurrealista
Que vaijecito!!!
me encanta… ahora voy a leer Myanmar… nosotros estuvimos el año pasado.. y SÍ! sí que queda un recuerdo dorado!!!
ah! y felicidades (de momento)por el finalista de Bitacoras 😉
Sigue disfrutando!!!
Hola majos! 🙂 Un apunte rápido, no llevo 6 meses… he comenzado el sexto mes! 🙂 Vamos, una diferencia de unos días…
Pati, muchas gracias a ti por estar al otro lado! 🙂
Marcos, pues cuando puedas tienes que ir a Luang Prabang. Es una maravilla! Gracias por el enlace. Tiene toda la razón, lo más importante son las vivencias! 🙂
Morfet, totalmente… he vuelto a cambiar de mundo!
Marie Midi, has resumido muy bien el sentimiento general. Seguiremos como hasta ahora… a disfrutar lo que dure! 🙂
Javier I. Sampedro, pues sí. Esta siendo toda una experiencia! 🙂 Y Tailandia me temo que no va a defraudar!
Nuala, debería oler a sorpresa… 🙂 Espero eso si, que las fotos vayan siendo mejores según siga avanzando el blog. Jeje. 😉
Nico Cinero, 🙂 Habrá que ir preparando el climax final, entonces… mwhahahaha!!
Diego, pues a ver que nos depara Tailandia… a ver si merece los piropos que le dedican…
Laura, ya en Diciembre de 2006? Animo Animo!!! Necesitas avituallamiento?
Japogo, es que se pone uno a coger carrerilla y… claro, se pone a correr. Y pasa lo que pasa. Que se llega más rápido de lo que debiera. 😉
Luisete, un placer. Y si encima os vale a vosotros… mucho mejor. 😉
Oria, verdad? A mi me pasa igual, pero lo veo cerca y lejos al mismo tiempo…
The B, gracias!!
Diego Labajos, si, esto va demasiado rápido… ains!!!
Cilinderman, voy a necesitar años para asimilarlo!!!
Laura, muchas gracias!!
Ontravelling, muchas gracias. Ojala disfrutes los posts de Myanmar!!
🙂
Ignacio,
Aunque lo leamos en los textos que acompañan las fotos, creo que sólo verlas nos da muchas pistas sobre como te ha impactado cada lugar. Un sitio para descubrir…
Ciertamente… las fotos son lo más personal de todo. 🙂