Chau Doc, Delta del Mekong, Septiembre 2009
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Londres, Tokio, una vuelta al mundo. Hay quienes dicen que llegada una edad es hora de asentar la cabeza. Decepcionémosles.
y su calor llegaba hasta la tierra 🙂
Habia una vez un concurso sobre blogs…en mi blog.
Y habiendo terminado el plazo de las votaciones, estimado Sr. Ignacio Izquierdo punto com, le informamos que ha resultado usted el ganador de nuestro concurso en el apartado al mejor blog viajero 🙂
Tiene como premio una bonita guia de viajes.
Si quiere que se lo envie a usted, a algun amigo/a, familiar, u otra dirección o apartado de correos,….
Siempre puedes declinar…
Para cualquier consideracion a tratar sobre este particular, puede ponerse en contacto escribiendo a diewunde@hotmail.com
Ah, que foto mas bonita…
regalito de buenas noches, como siempre fantastico me reitero esa D80 hay que hacerle un monumento.
saludos
Jose Diego
IM-PRE-SIO-NAN-TE!! totalmente de acuerdo con José Diego: el monumento a la D80 YA!! =)
�
Yo me decanto en alabar mas el ojo del fotografo, que la D80. Una fotografía, genial, estupenda, preciosa.
Andrés Jarit
Y yo que me no vi estampas como esas en el Mekong… el tiempo no acompañaba por alla en abril 2008 cuando fui, igualmente disfruté mucho del viaje. Se ve que tú también 😉
Salu2!
Andres, evidentemente el ojo del artista es más que alabable, pero la de disparos que llevará esa cámara, supongo que Ignacio le hará limpiezas cada poco tiempo, porque hace unas instantaneas increibles en lo que a calidad fotográfica se entiendo, lo del ojo del artista para tomarlas y para editarlas es algo fuera de lo común 😉
Javier I. Sampedro, A mi me pasó lo mismo que a tí, y no es de extrañar pues estubimos por las mismas fechas, el otro día le comentaba a Ignacio la suerte que habia tenido en Ha Long de que le saliera el día soleado ya que es bastante dificil.
Saludos
Wow 😀
Es que poco más se puede añadir 😀
la ligereza del irreal!
Quema!
Preciosa Postal!
Gracias a todos!!! 🙂 Estuve un par de horas haciendo fotos desde lo alto de la montaña. Los mosquitos me lo agradecieron infinitamente. 😀 Pero sí, mereció la pena…