No piensen que me he inventado el dramatismo del título, pero es que es así como también se conoce a esta zona sulfurosa alrededor del cráter de Owakuzawa. Situado cerca del monte Hakone, es una de las excursiones más cómodas y recomendables desde Tokio. Dice la publicidad que Hakone con sus lagos y alrededores es uno de los mejores lugares para ver el monte Fuji… cuando el monte Fuji quiere, claro. Ya lo intenté con anterioridad y no tenía mucha fé en verlo en mi última visita, así que aunque la esperanza, por pequeña que sea, es lo último que se pierde preparé una ruta por la zona que fuera no dependiente de la timidez del Fuji.
El Fuji, lógicamente no apareció de entre la bruma y las nubes (me se de una que tuvo que hacer seis intentos desde Hakone para verlo) pero la zona tiene otros alicientes. El más popular es hacer un recorrido circular a través de trenes, teleféricos, barcos y autobuses subiendo y bajando montañas y cruzando lagos, lo cual lo convierte en una excursión perfecta para pancetas con escaso fondo físico como yo.
Una de las paradas, de estes recorrido es Owakudani. Justo al llegar en teleférico a la cima de la montaña aparece bajo tus pies el enorme cráter de Owakuzawa resultante de una explosión freática (toma palabro) hace alrededor de 3000 años. Básicamente la montaña debido a su actividad volcánica explotó y creo este enorme agujero.
Aún a día de hoy el cráter sigue expulsando gases con «agradable» aroma a azufre y esta actividad interior hace que el terreno sea muy frágil y que haya numerosos desprendimientos y corrimientos de tierras. Tras un accidente con númerosas víctimas en 1910 el gobierno de Kanagawa lleva tiempo con planes de contingencia para el área con planes de erosión controlada y afianzar la superficie y zonas de montaña con piedras, escalones y demás trabajos de ingeniería.
Pero esto no es excusa para no aprovecharlo de manera turística… y ya que estamos en Japón donde las guías de viaje tienen más páginas dedicadas al los restaurantes que a la propia zona, que mejor manera que vendiéndolo gastronómicamente. A ver a ver, tenemos aguas sulfurosas, ¿podemos aprovecharlas para cocinar? Efectivamente, la respuesta es sí. Los famosos huevos de Owakudani. Famosos porque están cocidos dentro de las pozas de azufre lo que confiere a sus cáscaras un «apetitoso» aspecto negro.
Queda gracioso como curiosidad, pero una vez pelados no difieren mucho en sabor de un huevo cocido normal y corriente. Eso sí, los venden de cinco en cinco lo cual puede llevar a un ligero empacho si no vas con nadie más. No, por nada.
No le queda a los huevos un regusto raro despues de haberlos cocido «en azufre»?… y no te daban para acompañar un poquito de ali-oli ni nada?…
Las fotos del barco y la anterior son de esos paisajes que podrias sentarte a mirarlos horas y horas…
Y como es que la montaña tiene población en esa zona con lo peligroso, dificil ..y «pestoso» del lugar? Es que no debe ser sano respirar ese aire…
p.s. el Fuji se te resiste, no? lo viste al final?
Pues no, sabían bastante normal… Te daban sal, eso sí. 🙂
Eso sí, nadie vive allí, al menos alrededor del crater, todo lo que se ve son gente en las obras que siguen haciendo para ir controlando los desplazamientos de tierra.
El Fuji lo ví, lo subí, lo bajé y lo admiré… aunque nunca desde Hakone:
https://www.ignacioizquierdo.com/blog/category/fuji/
Que curioso lo de los huevos…
Ah, ves!… no vive nadie, yo vi en las fotos de la montaña construcciones y deduje mal.
Ahora le echo un vistazo a tu FUJImomento :), con mi conexión de hominida prehistorica (vodafone) tardare en cargar un buen rato las fotos…
El recorrido se puede hacer en un sólo día?? ^_^ Y en diciembre?
Queseyo, si, sin problema. En diciembre además tendrás más posibilidades de ver el Fuji… pero yo no prometo nada… 🙂
Preciosa la foto del barco. Lo de los huevos me ha recordado al bizcocho que me comí en Vestmenayar, se había hecho dentro de una lata enterrada en la tierra.
Deduzco que en esa zona como en Islandia no se dará ningún cultivo.
Y yo que por la foto creía que eran ciruelas… Huevos cocidos al calor del azufre, aromas volcánicos, lotes vendidos de 5 en 5, aliñados con sal… y ninguna otra tapa más? Me da a mi que el ambiente que se respiraba allí debía estar realmente cargadito.
Pero al final lo viiiiiiiii!!!
Segun Guillaume, tienes que ir con un frances para poder verlo…
(y solo me costo 5 intentos, exagerao!!! no 6…)
Oria, efectivamente no se cultiva nada, no sólo por el azufre, si no porque es montaña escarpada…
Japogo, ciruelas, ciruelitas… y ambiente recargado a muerte! jajaja
Carmen, ho ho ho!!! bueno sólo cinco, ahora lo cambio (y eso que he mantenido tu identidad en el anonimatoooo jajajaja)
Hhhm!
Ahora que voy yo Tokio ya no estas tu…?!
Manda webos!
Besos.