La historia de Shiodome es antigua, aunque los rascacielos que ahora lo adornan son bastantes recientes. Shiodome comenzó a existir en el año 1603 cuando el Shogun Tokugawa Ieyasu dió la orden de rellenar el terreno pantanoso de la bahía de Tokio y se fue convirtiendo en el hogar de varios señores feudales. Llego 1872 y con él el ferrocarril a Japón y apareció la linea Tokaido honsen convirtiéndose Shiodome en su estación de origen.
En 1914 la estación se pasó a la ahora Shimbashi, quedando Shiodome como puerto de carga, hasta que fue poco a poco siendo sustituida por otros puertos, terminales y estaciones. Era 1986.
En 1995 se decidió recuperar la zona y que mejor manera que hacerlo a lo grande. A través de 13 nuevos rascacielos, un nuevo bloque a destacar en el skyline de Tokio. Además asociados se añadían centros comerciales, restaurantes, hoteles, restaurantes, acabando su construcción en 2006. Destila orden, novedad, modernidad, espacio, y muchísima luz a traves de los enormes patios y ventanales de cristal de sus edificios.
Gracias a un gato nipón, me enteré que en uno de esos rascacielos (el Dentsu Building) permitía visitas… a su piso 47! Mmmmm… realmente las plantas 46 y 47, las más altas del edificio están dedicadas a restaurantes de lujo con fantásticas vistas a todos los lados de la ciudad, vistas para las que hay que aflojar el bolsillo de esos miles de yenes que generalmente llevamos de calderilla. Pero entre todo ese conglomerado de chefs, platos y vinos hay una cristalera que no necesita de nada más que atravesarla con la mirada para ver al otro lado la impresionante bahía de Tokio.
Detalle curioso, el edificio con forma de arco es el mismísimo Tsukiji. 🙂
Ya sólo es cuestión de sentarse a esperar y caer una vez más en el embrujo de ver a la ciudad de las luces despertar poco a poco ante tus ojos.
Y sumido en sus destellos y brillos… bajar de nuevo a tierra.
Dos dias he estado sin leerte. Ayer y antes de ayer, mi conexión o quien sabe que no me dejaba cargar tu pagina.
Otras si, otros blogs, el correo… todo. Que sufrimiento! jaja… bueno! 🙂
Las fotos de ojo de pez no me gustan tanto como las panoramicas, las nocturnas son mi debilidad. Como siempre, GREAT!!
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Me ha encantado ver como anochece poco a poco, unas fotos preciosas, y la música del video, de «Lost in traslation», me encanta esa película.
Un saludo!
Monttse, me alegro que se haya solucionado! 🙂
Alicia, al final estuve algo más de una hora viendo anochecer desde allí. 🙂 Lost in translation también es de mis películas favoritas!
Saludos!
EStoy con Alicia… esas imágenes del anochecer a saltos me encantan.
Y el video, si no fuera por las franjas horizontales que se ven a medida que baja (por las ventanas, supongo), parecería que cae uno como una pluma de pájaro, suavemente hasta el suelo.
🙂
Todavía no puedo borrar las barras de las ventanas… pero todo se andará. Todo sea por poder ese aterrizaje suave…