Yoyogi ya estuvo precioso en Otoño y cuentan que la Primavera se puso celosa y sacó todas sus armas en forma de flores para desbancarlo. Combatió a los ocres, amarillos y naranjas con verdes, blancos y rosas, hizó brotar vida donde no la había y empezó a traer el calor a las frías calles.
Y los japoneses, que saben de este esfuerzo, no dudan en agradecerlo visitándolo y haciendo saber que mereció la pena. Y es que ellos son parte de la fiesta.
Y ahí quién opta por uno u otro bando, pero mientras tanto y por muy cruel que sea muchos nos quedaremos con la batalla. 🙂
Alguna foto más recién salidita de Yoyogi, aquí.