Los recuerdos que tenía de Hong Kong eran demasiado difusos. Hacía más de 10 años desde la primera vez que pisé esas islas y donde viví por cerca de 6 semanas. Mi primer contacto con Asia. Todo un choque cultural potenciado por quién lo veía con ojos de apenas 19 años.
Recordaba pocas cosas, pero las que perduraban en la memoria se mantenían nítidas. Los innumerables rascacielos de cristal, los caracteres ininteligibles, los colores de las calles, el terrible y axifisiante calor húmedo, la ciudad que emergía de entre la jungla, las lluvias torrenciales, un tifón, los sacos de 6 kilos de arroz, los diminutos y antiguos autobuses que contrastaban con lo moderno de otras partes de la ciudad, los interminables regateos en el mercado de jade, los parques, la gente comprando serpientes y ranas vivas que se decapitaban en el acto, las miles de islas que se perdían hacia el infinito, la enorme curiosidad de los locales al ver a alguien con el pelo semilargo y rizado, los brazos y las piernas cubiertos de pelo y al menos una cabeza más alto que la media.
Cuando el año pasado volví a poner pie en esos suelos tras atravesar la frontera (a pesar de seguir en China) y pasar la noche en un tren nocturno (está vez en un mucho más cómodo soft sleeper, comparándolo con el hard sleeper que me llevó de Pekín a Xi’an) me invadía un sentimiento de curiosidad, de saber si esas calles difuminadas en mi mente seguirían tal y como las recordaba o si por el contrario las habría alterado terriblemente en mi memoria con el paso del tiempo.
Fue más de lo segundo que de lo primero, pero a lo largo de los días fui capaz de saber y relocalizar exactamente el donde de los momentos que guardaba nítidamente. Una sensación de deja-vu, de rebuscar entre los plieges del cerebro forzando los recuerdos que no había tenido antes.
Sin embargo en todo esto, había algo que a pesar de todo lo recordaba como impresionante y andaba muerto de ganas de volver a verlo. Victoria harbour.
El puerto que divide Hong Kong Island de los Nuevos Territorios. Hong Kong es un cúmulo de islas donde las más importantes son la propia Hong Kong Island, Los Nuevos Territorios y Lantau. El punto más próximo entre Los Nuevos Territorios y Hong Kong Island es Kowloon y desde allí, desde el vértice, desde Tsim Sha Tsui, las vistas futuristas de Hong Kong Island dejan con la boca abierta al viajero más curtido.
Este puerto mejora con la caida del sol en la que los edificios, que despuntan contra el cielo como espigas, van iluminándose, alcanzando su culminación en la Sinfonía de la Luz, un ejercicio de lo más divertido para ver desde el mismo borde de Kowloon, rozando el horterismo en el que un espectáculo de sonido se coordina en un juego de luces desde los edificios de Hong Kong Island. Por juego de luces se entiende que es la iluminación de los propios edificios la que se enciende y se apaga intermitentemente mientras los láseres y los cañones de luz cortan el cielo. No en vano es el show de luces permanente más grande el mundo.
Era un magnífico comienzo, pero ¿volvería a llevarme el mismo y grato recuerdo de antaño?
Sin lugar a dudas.
Para Núria y Miquel, que además de ayudarme a conseguir la visa y llevarme a beber y a comer estupendamente me trataron como un rey. Muchas gracias, fue un placer.
Impresionante. Es mucho mas irreal y enorme que el de Manhattan.
En las 2 primeras fotos me ha entrado, así, de golpe, un bochorno y una calor… como si todo el sudor se pegara al cuerpo…
De las demás… no puedo decir más que debe de ser impressionante verlo y disfrutarlo en directo, un sitio para matar horas simplemente viendo.
Miedo me dan esas dimensiones… y más aún pensar en la densidad de gente que debe ocupar esos km cuadrados.
De miedo tb las fotos!
¿19 añitos?, y si se puede saber, ¿qué hacías tú por allí a esa edad, piltrafilla?, ¿viaje de negocios?, ¿»honeymoon» de tu segundo matrimonio?…
Las fotos, absolutamente «crispy».
Me E N C A N T A N!!!! Gracias!!!
Las fotos te han quedado geniales!!!! … así ya tienes un recuerdo fresco para cuando vueltas en otros 10 años…
Oria, eso tendré que comprobarlo! 🙂
Queseyo, esto era septiembre y el calor y la humedad era terrible. Imaginate en pleno verano! aaaaaaa!!!
Japogo, un hormiguero total!! Te puedes imaginar. Aquí lo que se ve son principalmente oficinas, pero ya irás viendo la cantidad y cantidad de rascacielos que son sólo viviendas.
Javi, pues me pasé un mes y medio de vacaciones por ahí, porque mi padre estaba trabajando en un proyecto y nos fuimos toda la familia a pasar el verano con él. Toda una experiencia. todo un shock. Pero fue fantástico…
Núria, a ti. 🙂
Cristina, exactamente. 🙂 No estaría mal pasar por todos los sitios que te gustan cada 10 años… jejejee
Creo que este es el primer comentario a un post en mi vida!! Qué emoción!! Pero es que me han traído tantos recuerdos las fotos que no lo he podido remediar!! Prácticamente recordaba lo mismo que tú, además de las técnicas para coger sitio en el metro!! Ha sido fantástico!
Un beso
Y bien que me alegro de que te animes a comentar! 🙂
Que recuerdos, ¿verdad? Más de 10 años en que nos cruzamos con un mundo que no entendíamos pero con el que nos reimos muchísimo! Metro attack! 🙂
Me alegro de haberte traido esos buenos recuerdos!!
Besos!