Las pocas horas que teníamos de sueño no impidieron que al empezar a sonar los telefóno anunciando el magnífico día soleado que aparecía tras unas semanas de tiempo horrible, nos pusieramos en marcha hacia el monte Takao. La subida a este monte, el Takao San, es uno de los paseos más fáciles, agradables y más utilizados para desconectar por parte de los tokiotas.
Y en verdad que no supone ningún gran esfuerzo, ni siquera para un panceta cómo yo, pero por si tuvierais dudas os diré que hay japonesas que lo suben por su camino más fácil en tacones. Antes muerta que sencilla. Fashion hasta en las trincheras! Total estos 600 metros de altura son para un pack familiar y aunque ahora la primavera empieza a despuntar, parece ser que siendo un monte principalmente de momijis se convierte en una autopista de personas en Otoño para poder ver el Koyo.
Aún así, como era un día de sol deseado había bastante gente y los «konnichiwa» al cruzarse con la gente se solapaban sin remedio. Las vistas desde la parte de arriba no son excepcionales pero si muy agradables, aunque debe mejorar cuando el Fuji se recorta contra el fondo. Lamentablemente se mantuvo oculto bajo una cortina de bruma y nubes, para variar. No gusta el Fuji del mínimo calor.
Además, la compañía era inmejorable. ¿Que más se puede pedir?
Vale, si, por pedir, algo de comida, ya… ¿Que os parece la Soba especial de Takao San? 🙂 Recordad hacer todo el ruido que podáis al sorber!
Más fotos, tranquilas, calmadas y de paseo al sol, aquí.
Ains, con tacones… ESA era la foto para encabezar el post. Subiendo la montaña en tacones: cómo joderse un tobillo sin volverse vulgar. 🙂
Impresionantes los ojos que le has sacado a Holygrial
Por cierto, que se me olvidó preguntar: por qué llevan gorritos de tricotosa puestos?? y los baberos?? y por qué son rojos?
Mmmmm… monte Takao… cerca de Tokyo… lleno de momijis… fácil… hummmmm… me lo apunto para fin de año…
La Casa Sin, jejeje… efectivamente, habría sido una gran foto.
Con respecto a los baberos, estas estatuas generalmente son de bebés que han muerto, aboratado, etc… se les hacen gorritos, y baberitos para ellos en el más allá. No sé exactamente por que del color rojo.
Oria, venga, a ver si le ponemos colorado! 🙂
Queseyo, si coincides con el Otoño puede ser una época fantástica para verlo. Intenta evitar el fin de semana!
No sabia que me habian sacado los ojos! Ya decia yo que no se veia muy bien….
Muy buenas estas fotos que no puedo ver!
Qué mal rollo lo de los bebés…lo del color rojo me ha recordado a la peli del sexto sentido. Momentos de muuucho mieeedo.
jajjaja, muy buena Pablo. Viendo tu sorna mediré mucho mis palabras la próxima vez para que no me pilles.
Lazarillo Pablo, espero que al menos puedas olerlo…
Japogo, da un poquito de mal rollo, si, pero es tan común que te acabas acostumbrando. 🙂
eso es como cuando estabamos en la pedriza y alguien decia de ir a la charca verde
en realidad no llegamos a ir, y no sé si tiene relación con lo que has escrito, pero ha sido la bujia que ha hecho que me ponga a esbribir este comentario, y claro
ya se sabe…
La charca verde es mítica! Yo me he dado unos cuantos remojones ahí en veranito. Especialmente cuando bajabas desde la montaña siguiendo el nacimiento del Manzanares. Una ruta fantástica para dos días de montaña y pozas!
Tampoco tiene que ver con el tema original… pero la Pedriza es lo más!! 🙂