Londres, Tokio, una vuelta al mundo. Hay quienes dicen que llegada una edad es hora de asentar la cabeza. Decepcionémosles.
El calor axifisiante da paso a lluvias tropicales en una manta de agua que ciega y anula tu alrededor como ya lo quisieran las más terribles nieblas. Me rio yo de la niebla y de lo que llueve en Londres.
Priiiimeeeeeeeeeeeee!!! Agüitaaa de la fueeeenteee, lalaralalalaaaa.
🙂 Agüita? Te veo llendo a las cataratas del Niagara y diciendo… duchita?
😀