Hasta la fecha, estaba permitido y aunque no era excesivamente normal, se podía ver a alguien con una lata de cerveza o similares sentado en sus asientos. Aquí debo decir, que en los dos años y pico que he estado en Londres viajando en el metro, nunca he visto a nadie que molestara por estar bebiendo. Si en cambio por estar bebido. Aunque estos últimos ya entraban al metro cargaditos sin necesidad de recargarse más.
Pues bien, hete aquí que las masas empezaron a moverse y asumiendo la nueva ley decidieron que habría que despedirse del bebercio subterraneo, con una última fiesta dentro del metro, en el que el alcohol, todavía legal, fuera el protagonista. Claro, la respuesta fue masiva y hasta tuvo su propio grupo de facebook para ayudar a organizar. A pesar de las múltiples convocatorias había una que llamaba la atención por encima de otras. «Liverpool Street, Linea Circular, En sentido horario, primer metro que pase a partir de las 9.00 pm». En algunas páginas web, además se pedía que por favor se invitara a Boris. 🙂
El problema es que tanta publicidad y tanto eco por parte de los periódicos no hizo sino alertar a los cuerpos de seguridad, que temerosos de la masificación y las múltiples desgracias que pudieran suceder, decidieron cerrar Liverpool Street y con ellas otro gran número de estaciones (afectando a su vez a múltiples viajeros, ajenos a todo eso y que veían con los ojos como platos, como gente disfrazada, música y latas y botellas tomaban el metro). En total, seis líneas de metro afectadas con paradas cerradas.
Eso no hizo que no hubiera gente que no lo celebrara dentro del metro, pero nosotros fuimos desalojados de la parada de Liverpool Street aunque esto no sólo consiguió trasladar la fiesta dentro de la estación. Los cuerpos de policía intentaron poner orden, pero se tuvieron que rendir a la evidencia de que eso no lo iban a desalojar y se conformaron con mantener las escaleras y las salidas libres.
A partir de aquí, Liverpool Street se convirtió en una rave improvisada que se alargó durante más de dos horas y donde os podréis imaginar hubo de todo. Abucheos generalizados al nuevo alcalde, gente de todas las edades bebiendo con más o menos moderación, gente bailando, gente riendo, gente haciendo el cafre… en fin, lo mismo de siempre.
Al final, resulta curioso que más del 90% de la gente que se dió cita allí, no habíamos bebido nunca en el metro. La noche de ayer se saldó con 17 detenidos y múltiples daños. La policía se lamentaba, según la bbc, de que lo que debería haber sido un evento divertido se acabara de manera tan desafortunada. ¿Fue peor el remedio que la enfermedad? ¿Tiene lógica esta ley? La opinión está dividida, pues hay quien aboga por un consumo responsable en lugar de la prohibición.
De cualquier manera si tenemos en cuenta que es esperaban 10.000 personas para este evento repartidas a lo largo de todo el metro de Londres, la verdad es que los incidentes fueron mínimos. Si intentamos que no sean los que acaparen toda la atención, nos quedamos con el buen rollo, algo loco, reinante.
Opino que es una ley absurda. Lo que tenían que haber prohibido es actitudes vándalicas y no el beber alcohol.
Me gusta mucho la foto que has elegido para cerrar el post. Por cierto, ¿el del mechero amarillo no es amigo tuyo?
Estoy de acuerdo contigo. De hecho había mucha gente mayor en el metro con sus botellas de champán, tranquilamente, demostrando que la responsabilidad es lo que debería primar.
El del mechero amarillo no le conozco de nada… por? 🙂
Hola Ignacio!
Soy Adela de Karslruhe, no sé si te acordarás de mí… No hace mucho que trasteo algo por Los Mundos del Blog, pero de vez en cuando leo tu blog y tus fotos. Al final nunca comento nada, soy dejadilla para estas cosas…
Pero ahora yo tb me he metido en esto a raiz de una aventurilla en la que me voy a embarcar el próximo 19 de julio…
y bueno, me he vuelto más activa 🙂
Enhorabuena por tu blog y tus segundillos de fama el otro día en la tele!
Hasta pronto!
Adela :o)
Muy buenas Adela!! Claro que me acuerdo de tí. Además el amigo Ponce nos tiene bien informaditos de tu nueva aventura Rallie por Mongolia. Chica, eso de que te vas a volver más activa… será coña, no? Porque ya que nos queda por ver? 😀
Nada, seguiremos el rallie por vuestro Blog. Ya queda poquito!!! Mucha suerte!! 😀
Pues… a mi como que me dá miedillo tanto English borracho suelto……. Vaya, que los botellones en la calle que hacemos los españoles… son niñitas en comparación con las movidas que se montan estos angelitos no?….
O por lo menos es lo que parece al ver tus fotos…. que como siempre… fantásticas….
Y yo me lo perdí, aarrrrggg!!!
La prohibición de beber en el metro no va a evitar q los borrachos no hagan de las suyas, pero al menos ahora podrás sentarte sin pensar cuántas capas de cerveza habrá debajo de tu trasero!!
Emma, pues no sé que decirte, no he visto nada que no hubiera visto ya en los San Fermines, San Mateo, en las fiestas de Bilbao, las de Madrid, o incluso las fiestas de Torrejón… así que no creo que haya demasiada diferencia. 🙂
Vane, en el metro es mejor sentarse sin pensar lo que ha pasado por ahí, por que yo ya he visto de todo… y sin cervezas abiertas!!! 😉
¡Pero qué fiesta más guayyyyy! Cómo moláis los londinenses, desde luego… Pues yo no se qué opino, qué más da que dejen, que no dejen. El que quiera beberse una cerveza se puede esperar, ahora bien, sí que se puede beber una coca cola que es mucho más pringosa ¡puaj!. Por otra parte, así los niños no ven el bebercio como algo tan «normal». Bueno, como ves, no tengo criterio ninguno, pero me gustaría haber estado en la fiesta, eso sí que sí, jeje…
Efectivamente, como política de decisiones no tienes precio. Yo sigo pensando que el respeto es la clave, para esto y para todo. Lo que pasa es que se nos olvida demasiado a menudo.
Eso sí, la fiesta te habría encantado!!! jajajajaja! Eres una xikijuergas!!!
Ya me extranaba a mi que te hubieras perdido la del metro!
Pues ya sabes, cuando vengas a Tokyo, todo te lo bebes antes de entrar en el metro (en la estacion o en vagon puedes vomitar y echar la primera papilla, no pasa nada, pero de beber, nada de nada). Asi que ya lo sabes.
Cuando estuve la última en Tokyo la verdad es que no vi ningún episodio ebrio en el metro, para la próxima vez que vaya me fijare!!!