A pesar de que cuesta un poco encontrarla, dando una pequeña vuelta de la que sería su entrada en Fleet Street, Temple Church, la iglesia de los templarios, de la que toma el nombre la parada de Metro de Temple, es un pequeño detallito, que lejos de ser un edificio impresionante, resulta una curiosidad en el centro de Londres y de la City.
Construida en el siglo XII como sede inglesa de los caballeros templarios, dando servicio a las partes conocidas como Inner Temple y Middle Temple. Estas dos funcionan hoy en día como casas de Cortes (alguien se le ocurre una traducción mejor para Inns of Courts?) y se gestionan ellas mismas, ajenas a la jurisdicción de Londres. Precisamente estas dos partes, hacen de todo el complejo (originalmente residencias e instalaciones militares) una curiosa madeja de calles, en medio de las cuales está la iglesia.
La iglesia en sí, tiene dos partes diferenciadas y de distintas épocas. La más antigua es una iglesia circular a la que se le añadió unos cincuenta años más tarde una extensón rectangular. Bajo la cúpula de la iglesia circular, se encuentran las efigies de marmol de caballeros medievales, colocadas casi a ras del suelo, dando la impresión algo tétrica de surgir de las entrañas de la tierra.
Para los fánaticos de los libros y el cine, apuntad que salía en el infame Código Da Vinci (tanto la película como el libro), así que si os gusta la caza de escenarios, no podéis dejar de visitarlo. Si las surreales y poco documentadas historias de Dan Brown os dan igual, quizás encontreis más intersante imaginárosla en todo su apogeo, llena de color, cuando la orden de los templarios era poderosa en Inglaterra, con el Maestro templario como principal Barón del Reino, o quizás como parte de una de las escenas de Henry VI, de William Shakespeare.
La orden fue disuelta en el siglo XIV por Eduardo II, y pasó a ser propiedad de la corona, que a su vez la alquiló a dos colegios de abogados, que formarían Inner y Middle Temple. La iglesia ahora, sigue ofreciendo servicios y es incluso posible casarse en su interior. Toda una reliquia que sobrevivió sin daño alguno al terrible incendio que asoló Londres en 1666.
Se me ocurre casarme ahí y mis primos enanos la lían. Riete tu del Froilán.
Definitivamente…. creo que le voy a pasar la dirección de tu blog a Tino Soriano…..
Oria, seguramente y es probable que acabaran bailando encima de las tumbas de los templarios… 🙂
Emma, si le conoces no lo dudes! Jajaja! 🙂
Guau!
Precisamente el otro día leí algo sobre las Inns. Al parecer surgieron originalmente como escuelas de derecho práctico (en plan jurisprudencia más que teoría), luego hubo que acoger a los estudiantes y se convirtieron también en pensiones o especies de colegios mayores. Y no, no sabría cómo traducirlo. Por cierto, ando haciendo una especie de encuesta sobre el futuro/enfoque de mi bitácora, así que si quereis pasaros y opinar estáis invitados a hacerlo :-))
Saludos desde la lluviosa (hoy) Madrid.
La segunda foto impacta. Parecen edificios lindando con un canal, el reflejo de las ventanas en el suelo te pierde, a la vez que el árbol y la farola intentan rescatarte de una perspectiva errónea, de un espejismo. Plas, plas!
PD: Volaando voooy, volaando veengo!
Vaya, por dentro es aún mejor que pro fuera… voy a tener que volver a ir a Londres 🙂
Elsinora, gracias por la información. Me alegra ver que una «traductora» tampoco sabe como pasarlo al español! (Londres hoy con un sol genial. Acabo de llegar a casa.. no te digo más!).
Japogo Camarón, muchas gracias. Al final lo que pensaba que iba a ser un día de lluvia infructuoso fotográficamente hablando, trajo joyas como esta foto. Me alegro que te guste! 🙂
Raksha, claro que tienes que volver. Londres no se acaba!!! 😀
Por si alguien se ha quedado con ganas de saber más sobre esto de las Inns of Courts, en la guía de Londres de la editorial Acento se puede encontrar información sobre su origen y evolución. Estas guías, por otra parte, están muy bien, completas y muy visuales… (y no, no me pagan comisión :-))