Nos acercamos ya a la parte final del viaje que aún había de traer bellas sorpresas. En especial atravesar el Glen Coe era una de las obligaciones del viaje. Uno de los valles más pintorescos de Escocia, y unos de los que más miedo dan, dicen, si el tiempo no acompaña.
No fue nuestro caso y partimos de las inmediaciones de Fort William para atravesar sus motañas con un días que se dejaba querer. Dado que lo recorrimos de Oeste a Este lo primero que nos llamó la atención fueron los tres macizos que responden al nombre de las tres Hermanas, tan majestuosos que los rayos de sol que atravesaban las nubes les daban unos toques de luz y color que parecían salidos de un cuadro impresionista. Llegamos a ellos con la música de Braveheart de fondo, lo que en semejante compañía ponía los pelos como escarpias.
Lamentamos, una vez más la falta de tiempo para no poder hacer algo de trekking por sus montañas y también lamentamos el no tener piernas de repuesto, pues la semi-victoria sobre el Ben Nevis se estaba cobrando un alto precio que nos hacía andar poco y como Robocop, agujeteados cada músculo para nuestra vergüenza y regocijo de los montes.
La segunda parte del valles está dominada por el Buachaille Etive Mòr (el pastor del Etive), de pico afilado que da origen a otros cuantos valles colindantes. Todas estas montañas fueron regadas con sangre en la mañana del 13 de Febrero de 1692, cuando 37 miembros del clan de los MacDonald fueron asesinados por los mismos a los que habían ofrecido alojamiento por negarse a aceptar a Guillermo III de Inglaterra como soberano.
Pero no sólo en la realidad sino también en la ficción han tenido lugar batallas en sus campos. Braveheart, Los inmortales, Rob Roy, El prisionero de Azkaban y hasta los Caballeros de la Mesa Cuadrada lo han utilizado de escenario y con mucha razón. Es realmente espectacular.
Si lo comparamos con el Glen Torridon, creo que el hecho de tener una carretera seria y asfaltada atravesándolo, le resta gran parte del encanto que tenía el primero, aunque las montañas tienes una profundidad y un dramatismo que no tenía el valle del Torridon. Supongo que lo mejor es que cuando vayáis veáis los dos para comparar! 🙂
Y a la salida, nos esperaba el páramo de Rannoch. 130 km2 de llanura, flanqueada por pequeñas montañas adornadas, como si fueran tartas con un poco de nata, por nubes de algodón.
pues que chulada!!!… lo único que no me ha quedado muy claro es lo de la carretera que lo atraviesa… es la que se ve en la foto?… seguro que apareció de la nada, para beneficio de vuestras patas de palo… pa que no sufrieran más… lo que se suele decir es que la naturaleza es muy sabia, no?
Por cierto, una pena que se esté acabando…. un biquiño, y muy buen fin de semana….
Ciertamente bonito. Veo tus fotos y me vienen mogollón de recuerdos chulos de mi viaje a Escocia,en concreto pasar este valle fue de los mejores regalos a la vista que tuvimos.
si es que campiñas como esas incitan a darse de palos sobre ellas, o no te acuerdas en waterloo? si es que se veian los campos desde ahí arriba y ya te daban ganas de bajar corriendo a conquistar tierras imaginarias… (si me aparece alguien y me presenta batalla huyo como una rata, que soy un miedica, jeje) grandes escenarios para la épica, desde luego, real e imaginaria…
una pasada esta escocia…
Cinza, si esa es la carretera, aunque hay una zona por la que va por media ladera, pero vamos, un lujazo comparado con el resto de carreteras por las que pasamos. Lujazo que quita naturalidad al paisaje, por otro lado.
Vir, no me extraña, porque es precioso. Además me alegro de que vayas recordando cosas con el nuestro. Esta bien abrir el desván de los recuerdos de vez en cuando… que para eso los tenemos! 🙂
Choupa, totalmente, con estos paisajes dan ganas de empezar a colocar tropas a diestro y siniestro en plan massive… jajaja
Fantasticos parajes!!! Fantasticas fotos!!! Y fantasticas guerras que se pueden hacer con cagarrutas de ovejas!!! 🙂
cagarrutas de ovejas??…nop, mejor no.. no vaya a ser que te las confundas con conguitos… quita, quita.. jeje.. mejor con cagarrutas de caballo, pero de las redonditas.. y ya secas.. que al fin y al cabo solo es hierba.. jeje… buen finde a todos!!!!
No voy a entraaaar en la guerra de toligos. No insistais!!!
🙂
Rannoch Moor creo que es uno de parajes de todos los que he visto que me han parecido más mágicos. El lugar es inhóspito pero la libertad y el salvajismo que se respiran me emocionan. La puerta a la highlands no se puede situar en mejor lugar.