Una pequeña maravilla natural, provocada por los glaciares antes de desaparecer de la zona (hace ya unos cuantos años) que podreis dimensionar mucho mejor si abrimos un poco más el angular y os fijáis detenidamente en el tamaño de la gente sobre el puente en la siguiente foto. (Pinchad para ver en grande)
El puente se mueve ligeramente, lo suficiente para hacerte un pequeño nudito inconfesable en la boca del estómago, sobre todo porque está situado justo encima de la cascada, con lo que el vértigo de ver las aguas caer se agudiza lo justo para no sentirte del todo seguro. 🙂
Aunque claro, la otra opción tampoco resulta mucho más acojedora. Una pequeña plataforma a unos 500 metros de la zona que se adentra un pelín en el cañon para poder vislumbralo, lo cual con un suelo de rejilla metálica te hace verte carente de suelo bajo tus pies. Glup. 🙂
Para los amantes de buscar a Wally, podéis buscar la plataformita en esta otra foto. 🙂
Claro, tanta motivación abismal y cañonal volvió a despertar nuestros instintos bravehearteros y en cuanto salimos de allí nos subimos a la primera colinilla que vimos, que además era un mirador precioso de otro de los infinitos lagos con el nombre de Loch a’ Bhraoin.
Me gustaría que prestarais atención a la panda de motivados en pleno arranque de carrera y si mirais con un poco más de cuidado podreis ver que hubo quién utilizó más de dos extremidades contactando con el suelo.
Suelo que por otra parte y en general a lo largo de Esocia, mantiene unas características de humedad constante quedando oculta bajo los musgos y líquenes varios alguna que otra poza de ese viscoso elemento material que ya los primitivos conocían como barro. ¿Acertasteis la prueba de agudeza visual?
Jejeje. Si es que ya hay quién no tiene edad para andar corriendo por los montes! 😀 De cualquier forma, y hombres de barro a un lado, no podreis negar que el lugar y el color de la luz en ese preciso instante no era maravilloso. 🙂
Y no es que fuera verídico, ¿pero os imagináis que nos hubieramos ido de ese sitio con el maletero levantado y abandonando alguna mochila en el suelo?… Nooooo, que eso es tener demasiada imaginación. Lo sé. Lo sé.
PRIMEEEEEEEE!!! Jo qué bonito. Esto no lo vimos nosotros,igual tenemos que volver, je je
No pasé yo miedo cruzando ese puente que se movia.. uf ;9
leñe, quiero volver!
Que rapidez Vir, Mauro, pó dió!!!, si le acabo de dar al botón de publicar!! jajaja. 🙂
Volver a Escocia? Déjame que me lo piense! Si si si!!! 🙂
El puente tenía su aquel. Me teníais que ver encima con el trípode intentando que nadie se moviera para echar las fotos! Jajaja
Ayyyyyyyyyyy… no me acordaba yo de la mitad. Claro que el estado febril se agudizaba en mí durante esos días.
Gracias por volver a la furgoneta de «maletero ligerito de cascos» para despertarme del trance y animarme para ver la catarata. Mereció la pena!
al menos os disteis cuenta que faltaba algo. Por el tamaño parecen las viandas.
aajjajajajjajajaj
txemita!!!!! si hubiera que elegir alguien a quien le hubiera pasado algo como salir corriendo pa sacar una foto, y acabar con una pierna marrón, faltando el que suscribe, sin duda el siguiente serías tú!!! jejejeje
impagables los improperios y barrabasadas que debieron salir de esa boquita… si es que ya sabía yo que me perdía algo grande… snif…
acojonante el sitio… mi vértigo me hubiera hecho defecarme ipso-facto
Japogo, te recuerdo cual piltrafilla en el zulo de la furgo a todo roncar en estado semicomatoso. Aún así queridos lectores, el pobre Ponch aguantó como un jabato todo el viaje. 🙂
Oria, cambiemos viandas por mochila con ropa y un pantalón lleno de barro! Jajaja. Aunque algo de comer también había…
Choupa, bien imaginado. Hablando de vértigo creo que subir a la catedral de Ulm fue una buena terapia de choque… no completa, pero si bastante efectiva!
Me paso el día repartiendo conocimiento… aprovechadlo, zagales y zagalas! He aquí y para quien lo desconociese, el orígen de la expresión «He metido la pata hasta el fondo». Nunca a la cama te irás…
Como experto en sondas y estudios geológicos, os informo que el suelo de las Highlands es, por lo general, casi más un charco que algo sólido, incluso en las cimas de las colinitas. Si saltas, tiembla al aterrizar. Lo que te hace pensar que o está completamente horadado por los túneles de los Fraguel, o el país entero es de calidad dudosa.
Vamos, que no le vi el punto a eso de la barroterapia. Habrá que seguir probando. Y, sr. Choupa: que si yo en el suelo me llené de barro, en el cielo unos cuantos se llenaron de mierda… en efecto me cagué en todo el santoral. Por cierto que la garganta y la cascada fueron algo impresionante.
Entre otras cosas que se quedaron abajo estaba mi mochila tras cambiarme de pantalones… Un gran día, oiga!
El Golem
Nada como los testimonios personales. Nada más que añadir.
Aqui tampoco estuve…¡¡cachi los menguis!!!
Hala, vete apuntando para la próxima vez y nos los intercambiamos! jajaja… los que yo no vi por lo que tú no viste! 🙂