En 1759, Arthur Guinness elaboraba una nueva cerveza que daría la vuelta al mundo y sería emblema de Irlanda hasta nuestros días. Había nacido la cerveza Guinness.
Está compuesta de agua, malta, lúpulo, levadura y cebada (que se tuesta para darle el sabor ligeramente amargo y el color oscuro – definido como rubí oscuro) a los que se les añade dióxido de carbono y nitrógeno (!!). Es precisamente el nitrógeno el que hace que aparezca esa densa espuma que obliga a reposar la cerveza en el momento de ser tirada.
Toda una institución situada en St Jame’s Gate que abarca un buen trozo de Dublín pues poco a poco fue adquiriendo la mayor parte de los edificios colindantes y que se convirtió en la mayor fabrica de cerveza de Irlanda y una de las más grandes del mundo.
Algo tendrá esta zona que añade misterio al secreto de su elaboración hasta tal punto que la sucursal de Londres, tuvo que cerrar en 2005 porque no tenía un sabor tan agradable como su homónima dublinesa.
Ahora mismo se puede visitar el Guiness Storehouse. Un edificio de siete plantas que a modo museo reconstruye su proceso de fabricación, su transporte a lo largo y ancho del planeta y su historia a lo largo del tiempo. Inspirado en una pinta gigante, que encajaría perfectamente en su abertura central a lo largo de todas las plantas. No pude sacar esto en foto, pero seguro que haréis una idea con esta animación.
Como curiosidad, el arpa, icono de la marca, no es el mismo arpa que representa a Irlanda, sino una copia volteada horizontalmente. Es decir, que cada uno mira para un lado. 🙂
Otro de los grandes atractivos de esta visita es su bar circular situado en la séptima planta: El Gravity bar, con cristales como paredes ofrece una buenas vistas sobre la ciudad (lástima que los edificios colindantes sean casi todos fábricas de la propia Guinness. ;-))
Y donde lógicamente con la entrada tienes derecho a una Guinness en las alturas. Jejeje. Un must. Of course.
Así que ya les dejo aquí, tomando pintas, que nosotros nos vamos. 🙂 A su salud! Cheers! 🙂
Increibles vistas
Las fotos muy bonitas… blablabla….
Tio, que me he encontrado por ahi una foto tuya digna de un buen chantaje!!!!!! jajajajajajajajajajajaja mepartolacaja jajajajajajajajaja
Cuando se me pase el dolor de tripa vuelvo……. jajajajajajajajajajaja
Anónimo, la verdad es que sí. Desde allí arriba se ve buena parte de Dublín y alrededores.
Rachel, pues nada nada, chantajea y vamos a medias. 😉
Me encantan las fotos de las botellas, son geniales!
Saludos!
Veo que soys buenos catadores de Guinness y que no han cambiado la entrada a la storehouse. Yo aún la guardo y el oro negro (agosto 2004) está petrificado.
Sólo puedo decir una cosa: Prost!
Lo del cambio de sabor seg´n el lugar de producción puede tener que ver con la composición del agua: Guinness no es la única marca a la que le pasa.
Menuda vidorra, nen!
joer, pues eso qu etú dices qu eno eres mucho de pintas… menos mal, qu epodías dejar algo para los demás… jeje
Jazzman, la verdad es que lo tenían muy bien montado. Con sus botellas en vitrinas de cristal perfectametne iluminadas así que los colores quedaban muy muy vivos.
Mira esta foto, que aunque los acoples no han quedado del todo bien, te valdrá para hacerte una idea mejor. 🙂
Mi entrada todavía conserva su esplendor no petrificado. Julio 2007. Ya veremos lo que tarda en fosilizar. Jejeje.
C.o.v. Por lo visto para la Guinness usan un agua de las Wicklow Mountains así que supongo que se usaría tanto para un sitio como para el otro. No? Algo más debe de haber, que les ha impedido properar en Londres…
Cinza, yo lo que no soy mucho es de Guinness… jejeje… 🙂
Para Japogo y para los demás: Prost!!!
A mi me contaron los irlandeses que se estropeaba mucho por el transporte y que sólo la Guinness bebida en Irlanda sabía buena. Que en otros lugares cambiaba el sabor.
Eso dicen, pero entre tu y yo, no tengo el paladar tan acostumbrado a la Guinness como para percibirlo. Me sigue sabiendo fuerte tanto aquí como allí, como más allá…
que es prost?
Sí sabe fuerte, pero yo en julio conseguí beberme dos pintas seguidas de Guinness. Increible, oíga.
Me acabo de topar con esta curios diatriba sobre el sabor de la Guinness. Yo también soy de los que opinan que para degustarla en todo su esplendor hay que ir a Irlanda ya que fuera de sus fronteras no sabe igual, es más, casi ni me gusta. A mi también me han comentado lugareños varios que efectivamente es una cerveza poco viajera y es por esto que no se puede beber en otro lugar que no sea en el país de origen. Personalmente vengo constatando esto desde hace algún tiempo y me lo tomo muy en serio, la he degustado en varios lugares, Londres incluído, y aunque no sea un experto si puedo asegurar que es cierto, la Guinness fuera de Irlanda no está tan rica, independientemente de la lógica excitación que produce beberla en un auténtico pub irlandés.
Andriu, nada como la opinión de un experto. Yo realmente no bebo mucha Guiness en ningún otro lado y he de reconocer que allí me gustó. Estoy de acuerdo contigo en que además tomarsela en un pub irlandés completa la experiencia.
Saludos! 🙂
Más o menos un año después de tí estuve yo en este sitio y no es que me entusiasmara especialmente, aunque recuerdo con una sonrisa la pinta a la que te invitaban al final. La verdad, tengo muchas ganas de volver a Irlanda.