Cuando Andrew Lloyd Webber estrenó Cats en el New London Theatre en 1981, dudo mucho que imaginara la repercursión mundial que iba a tener. En Mayo de 2002 tras 21 años y 8940 representaciones, Cats daba su último espectáculo en el mismo sitio que le vió nacer.

En el camino una historia traducida a más de 20 idiomas, más de 50 millones de espectadores alrededor del mundo y en medio de todo esto una canción: Memories, que a lo largo de este tiempo ha sido versionada por más de 180 artistas.

Toda esta clase de historia esta muy bien, pero lo más importante es si decimos que se ha respuesto en Londres durante dos semanas, en el teatro New Wimbledon y que tuvimos la suerte de poder ir a verlo.

Desde mi punto de vista es una obra bastante irregular. Muy divertida y muy espectacular visulamente, con números preciosos y un maquillaje y un vestuario alucinante (repito, alucinante) pero carente de toda trama. Vamos un viaje ácido que se montó el señor Lloyds Webber hace 26 años en el que atención a la trama:

CATS, a grandes rasgos trata de una comunidad de gatos, los llamados Jellicle Cats. Gatos, comunes y corrientes que una vez al año, de noche, se escapan de sus casas y se reúnen en el basurero del barrio a esperar la llegada de su líder, el anciano Old Deuteronomy. Este gato es el padre y abuelo de muchos de los gatos Jellicles y es quien cada año dá el nombre del felino que va a pasar a una nueva vida en el Heaviside Layer (Edén Sideral, Felinosfera) una especie de paraíso para los gatos.

O_O!!! felinosfera? Edén sideral? resurrección gatuna? Madre mía. Como se nota el efecto del LSD!!

A partir de esta premisa, pues cada gato muestra sus habilidades en lo que se convierte en un circo muy bonito, pero sin conexión ninguna. Así que si te pierdes algo, no pasa nada, sólo es el númerito de un gato. Como si te hubieras perdido a los trapecistas. Ahora llegan los payasos. Vaya, si hasta hay un mago! 🙂

Aún así, ver Cats es ver un trozo de historia, y como pieza histórica merece ser visto. Y las canciones son muy pegadizas!! hihi. Además, el momento Memories me puso la piel de gallina y acabé agarrado a la butaca sobrecogido ante tal chorro de voz. IMPRESIONANTE! Sólo ver ese número en directo merece cualquier cosa.


Eso sí, si ya alucinais durante la obra el final es lo más grande y surrealista que he visto en mucho tiempo en un teatro. Hasta aquí puedo leer. Y mientras tanto, os dejo maullando, dando botes y con un video resumen, cortesía del youtube, de los mejores momentos del show. Miau.