Siendo unos jinetes de fornido porte como fuimos dejamos a nuestros jamelgos a buen recaudo y tras una comilona en la que las fresas de Huelva brillaron por su ausencia nos encaminamos hacia uno de los puntos turísticos del pack. 🙂

Acabamos en un lugar encantador, atrapados en calles laberínticas, blancas de cal con pequeñas notas de color por tiestos y flores. A 187 metros de altura, asentada sobre una pared cortante, Arcos de la Frontera es parada obligatoria para todo el que visite la zona.


Tanto, que es el punto de comienzo de la Ruta de los pueblos blancos por la provincia de Cádiz. Ruta que no he realizado pero que me parece de lo más intersante. (Que avise quien se lo haya pateado y nos cuente la experiencia).


Anduvimos por sus calles obscenamente empinadas (ese bazo) y entre dribles y giros acabamos en el balcón del Coño, que debe este apodo a la exclamación del mismo nombre que la gente suelta cuando por el se asoma.


En nuestra breve visita decidimos paliar la sequía corporal en un bar cueva en mitad de una cuesta. Curiosísimo sitio, con su borracho autóctono y su camarero sobrio y seco a la par que casero. Y su decoración. Que decoración!!! Atentos a los detalles (y a ese león con gorro de legionario). Siéntanse libres de descubrir los pequeños tesoros de las fotos. 🙂



Impresionante baño: Una puerta metálica situada a modo de triángulo en una esquina cogía un poco del espacio del bar y mostraba un agujero horadado en la pared que hacía las veces de urinario para todo aquel que sea capaz de mear de pie. Acabaramos!!!

La única pega fue que no pudimos verlo con sol y sentir el calor reflejado en la blancura de las paredes, pero no fue eso impedimento para que disfrutásemos del lugar. He de reconocer que aunque cada vez me gusta más el viajar y conocer sitios que no tengan que ver con lo que he visto hasta la fecha a cada cuál más perdido, me resulta tremendamente gratificante ver la cantidad de joyas maravillosas que he tenido siempre tan cerca…


… y además la compañía era excelente. A veces muchas de las cosas más bonitas de este mundo están a nuestro lado. (saquen los kleenex, hagan el favor).