Llega un momento en la vida de algunos seres en que han de ser humillados por los hasta entonces sus amigos. Momento este donde la clase, la dignidad y el buen hacer y saber estar hacen su entrada triunfal para codearse con la más alta clase.

Estudia. Trabaja. Lábrate un futuro. Ahorra. Compra un coche. Compra una casa. Echate una novia. Hazte un hombre de provecho. Y todo esto para que? Para acabar convertido en hada madrina.

Lamentable.

Aunque lo intenteis y hagais cualquier esfuerzo por desviar la mirada, el daño ya esta hecho. Esta horrenda imagen os acompañará el resto de vuestras vidas. La vida es asi de cruel y dura.

No es este momento de sacar trapos sucios. Asi que no me tireis de la lengua para decir la sucia rata que es el Salva. Y es que este engendro, amigo de aventuras y desventuras a lo largo de los años, se nos casa… y en un lugar de la Mancha (provincia de Ávila para ser más precisos) de cuyo nombre prefiero olvidarme, se dieron cita una panda de mostrencos con el único propósito de ver si el ser humano es capaz de sobrevivir tres días a base de pizza, carne y cerveza.

Se mezcló el personal con los autóctonos, que casualidades de la vida, andaban dandose al bebercio fino, siendo en aquel remoto lugar las fiestas populares que albergaban en su seno a todo ebrio, orquesta chusca y atracciones feriales que no pueden faltar en estos alegres eventos.

Se acabó tomando la pista de los coches de choque, con el único objetivo fallido (lástima) de conseguir que los coches volcaran y se retó al dueño de las atracciones a que nos tumbara en uno de los momentos culminantes de la noche, donde agarrados, abrazados y placados por los pueblerinos se aguantaban los embistes de la Olla.

Obviaremos los bocinazos y megafonazos, los gritos desesperados de los vecinos, el pregón del alcalde, las preguntas sin respuestas, la competición de gritos, darlo todo con el SingStar, los gallos de Darkness, los regates y alguna que otra humareda.

Para deleite del público y sin nada que envidiar a las oscuras barbacoas de Notting Hill, hicimos la nuestra al sabor del Queroseno, y dentro de casa. Olor a torrezno impregnado de por vida en la piel.

Pasaremos eso si, por el Paintball, Manolo y Benito organizando el evento, el nuevo hombro de Sebas, la traición del Salva (ya os dije que era una rata) atacando por la espalda a quemarropa, los tiros en la nuca y en la frente, los comandos itinerantes y los motivados varios… ejem ejem…


Gran fin de semana. Va por el novio!!!

Efectivamente. Este. o esto.