Londres, Tokio, una vuelta al mundo. Hay quienes dicen que llegada una edad es hora de asentar la cabeza. Decepcionémosles.
Por supuesto. Que por mucho que uno sea policía hay que pedir las cosas con educación y si no, ya se encargarán los ciudadanos de a pie de tirar de las orejas a los agentes y arreglar el pequeño y descortes despiste rotu en mano.