Con la llegada del verano es común ver cómo la gente se mete sin ningún pudor en todo tipo de fuentes, lo cual me parece un gran acierto, que las fuentes están para refrescarse. Meter los pies hasta las rodillas o un poco más y si eres un nano, hasta darte un chapuzón está bien visto y hasta consentido por la policía que patrulla los alrededores.
Si además juntamos el calurosísimo verano que hemos tenido (efectivamente hablo en pasado, que hoy ya he vuelto a sacar la cazadora) pues da pie a que esta pequeña atracción interactiva e itinerante tenga su encanto.
Obra del aquitecto Danes Jeppe Hein, esta fuente crea habitaciones que aparecen y desaparecen con paredes formadas por chorritos de agua. La diversión, como habreis supuesto, consiste en ir pasando de habitación en habitación y si tienes confianza con tus compañeros, lanzarles contra las paredes, pudiendo ganarte de forma gratuita alguna que otra patada en la espinilla.
Un pequeño regalo en los días y noches más calurosos que lleva acompañada una sonrisa. Que pasen ustedes un buen fin de semana!!!