Alarcón

Pecamos, caemos en el error, de muchas veces no prestar la suficiente atención a lo que tenemos más cerca, hasta que de pronto, la realidad nos suelta un grito, nos da una bofetada y nos sorprendemos pensando ¿Y esta maravilla estaba aquí? Se sucede un cierto rubor y una vergüenza ante la pregunta de ¿cómo es que no lo conocía? Es algo que siempre me ha pasado con Castilla, que parece guardarse sus secretos y tesoros para sí y siempre tiene rincones que ofrecer, lugares que llevan a la sorpresa: como la comarca de la Manchuela.

Alcalá del Júcar

La cúpula de la Capilla de la Virgen del Rosario. Basílica de Nuestra Señora de la Asunción en Villanueva de la Jara.

Jorquera

Ocupando parte de Albacete y de Cuenca, y bajo el paciente cincel de los ríos Júcar y Cabriel, se encuentra esta región rica en historia, en tradiciones, en arte, cultura y por supuesto vino. Son los meandros de estos ríos, que remolinean, caracolean y van tallando el terreno los que ocultan muchas de las bellezas que podrían permanecer ocultas a simple vista. Por allí se esconden pueblos, iglesias, castillos, fortalezas e incluso pasadizos horadados en las profundidades del suelo.

Altar Mayor de la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción en Villanueva de la Jara.

Ayuntamiento de Iniesta

Alarcón

La ruta del vino de la Manchuela agrupa todas estas experiencias alrededor de sus vinos, una tradición en la zona de más de 2000 años que han culminado en una denominación de Origen del mismo nombre, que destaca por sus tintos elaborados con bobal y sus blancos aromáticos y afrutados (normalmente de macabeo).

Bodegas Florentino Pérez

Plaza Mayor de Villanueva de la Jara

Calles de Alarcón

Pueblos a visitar:

El encanto de los pueblos de esta zona sería motivo más que suficiente para animarse a conocerla. Muchos cuesta verlos desde la distancia, sumergidos entre los cañones, pero eso permite encontrarse con decenas de miradores para admirarlos. Que no sea esta una excusa para no pasearlos, pues están llenos de callejuelas encantadoras y rezuman historia por todas partes. Aquí os dejo una selección de los que visitamos:

Alarcón (Cuenca)

Al recinto amurallado de Alarcón, aislado en su propia península sobre el río Júcar, se accede atravesando la Puerta de Campo, donde se encuentra su Castillo ahora reconvertido en Parador, pero que permite subirse a sus almenas para tener una preciosa perspectiva de la ciudad y el entorno. Caminar por Alarcón es hacerlo por un entorno medieval de calles empedradradas entre Palacios e Iglesias.

Castillo de Alarcón al anochecer

Alarcón y la hoz de Alarcón

Iglesia de Santo Domingo de Silos

Portada sur de la iglesia de Santa María del Campo

Castillo de Alarcón desde sus almenas

Alcalá del Jucar (Albacete)

Alcalá del Júcar es pura belleza. Así lo certifica que sea parte de los pueblos más bonitos de España, declarado conjunto histórico-artístico en 1982. Sus casas se adhieren a la colina formada por la hoz del río en un dédalo de calles zizageantes y empinadas que culminan en su castillo. Pero todo lo interesante no está a primera vista, ya que muchas de las casas están excavadas en la montaña, con pasadizos y cuevas de tal magnitud que alguna parecen incluso una calle comercial, con sus bares, terrazas y restaurantes (se puede visitar alguna como las cuevas del Diablo). Destaca además el río, que se aprovecha como zona de baño (y que por supuesto no nos resistimos a probar, pero por vuestro bien no pidáis fotos) y su cuidada iluminación nocturna, premiada en 1986.

Alguno de los interiores de las cuevas del Diablo

Casa horadada en la montaña a los pies del Castillo de Alcalá del Júcar

Villanueva de la Jara (Cuenca)

Basílica de Nuestra señora de la Asunción

Quizás destaque menos su entorno, pero el valor que tiene Villanueva de la Jara es su patrimonio histórico. A pesar del encanto de su Plaza Mayor (aunque ojalá se convirtiera en peatonal y no permitieran apacar coches) o la iglesia del Carmen su indudable joya es la Basílica de Nuestra señora de la Asunción, cuyos interiores te dejarán sin habla como al contemplar el Altar Mayor o la Capilla de la Virgen del Rosario. Simplemente espectacular.

Basílica de Nuestra señora de la Asunción

Capilla de la Virgen del Rosario en la Basílica de Nuestra señora de la Asunción.

Iglesia del Carmen

Iglesia del Carmen

Iniesta (Cuenca)

Si conocemos el nombre de Iniesta es probablemente por el apellido del famosísimo futbolista, que no en vano nació cerca de la zona y su familia dispone de bodegas con este mismo nombre que se pueden encontrar por toda la zona. Sin embargo, esta pequeña localidad, discreta a primera vista, tiene algunas joyas en las que merece la pena detenerse especialmente su museo arqueológico, con su mosaico celtíbero de la disoa Astarté. Si podeís visitar tambien el ayuntamiento podréis ver una curiosa Grisalla.

Mosaico celtíbero de la disoa Astarté

Bodegas:

Obviamente no podíamos dejar de probar los vinos que dan nombre a la ruta y aunque los acabareis probando si o si en cualquier restaurante mientras estéis recorriendo la zona, no está de más parar en alguna de las bodegas a conocer el proceso de elaboración de primera mano e incluso a comer.

Uno de los vinos de Andrés Iniesta

Bodega Florentino Pérez (Albacete)

No os llevéis a engaño, no tiene nada que ver con el mandatario madridista. Esta pequeña bodega rodeada de viñedos destaca por toda la experiencia que tiene asociada a la vendimia, por sus barricas y no os voy a engañar por su cocina. Si pasais a conocer como se elaboran sus vinos no dejéis de parar aunque sea para probar su especialidad: el arroz meloso de codillo. Una buena oportunidad para maridar sus vinos.

Arroz meloso de Codillo de la Bodega Florentino Pérez

Bodega Moratalla (Cuenca)

Que su tamaño (la más pequeña de la D.O) no os lleve a engaño. Estos vinos artesanales, de sus 40 hectáreas de viñedos, basados en bobal y macabeo están llenos de matices y os acabarán seduciendo. No os perdáis las catas, que además están aderezadas con decenas de anectodas.

Otros puntos de interés:

Mirador de Jorquera

No pudimos acercanos a conocer las calles de Jorquera, el tiempo es el que es y da lo que da, pero aunque quedará para la próxima visita, siempre podéis acercaros como nosotros, aunque sea a su mirador a verlo tan espectacular por encima del Júcar.

Nos quedó mucho por ver, y mucho por hacer, como probar que opciones tiene de turismo activo… pero espero que os haya valido para haceros una idea de las oportunidades de la Ruta del Vino de la Manchuela.