Cualquiera lo diría. Cuando se imagina Tokio lo hace pensando en enormes rascacielos, luces y neones por todas partes y poco menos que coches voladores mientras multitudes de robots metálicos recorren las calles buscando a John Connor… esto… digo… que nos imaginamos una megametrópolis tirando a claustrofóbica y de corte bastante futurista, lugar para la ciencia ficción.
Suele sorprender al que llega con esa idea preconcebida encontrarse justo con lo contrario, multitud de casitas bajas con pequeños jardines, gente paseando tranquilamente en bicicleta por calles poco concurridas y una actitud generalizada de relax (especialmente si el tiempo acompaña). Hay vida más allá de Shinjuku, Shibuya, Roppongi, Ikebukuro… y es una vida que recuerda mucho más a vida en pequeños pueblos que en una gran ciudad.
Callejear por Ueno, saliéndose del recorrido del Ueno Park y de sus museos te lleva a uno de estos sitios sacados de décadas atrás, donde el tiempo ya hace bastante que se paró y donde en el intrincado de callejuelas rellenas de macetas y bonsais se esconden pequeños templos, carteles semioxidados, abuelillos en bata, bicicletas, garajes llenos de recuerdos y muchas más sorpresas salidas del desván que aguardarán pacientemente a ser descubiertas.
¿Nos perdemos?
Más fotos, con aroma de «Cuéntame» japonés, aquí.
jope que envídia la siestorra que se esta echando el gato al solecito!…
Oye, esos carteles son de las elecciones japonesas, o qué? Creo reconocer al ZP y Rajoy nipones ahí… son clavaditos. Y justo encima de las cajas de cerveza!! Qué visión la de los japoneses, qué sutil merchandising político, qué artistas!
Me encanta esto de las ciudades japonesas pero siempre que lo veo en los blogs me sigue sorprendiendo. El gato es muy de comic, no? Si hasta parece que tiene los ojos rasgados.
Cris, el gato estaba tan agustico, que ya podías hacerle fotos a un palmo que ni se inmutaba. Estaba en modo «yo no me muevooo por nada del mundo!»
Japogo, es lo que tiene la política, que al final tienes que darte al alcohol. (A saber que poneeee).
Oria, si alguna vez tienes la oportunidad de venir y verlo desde uno de los observatorios en un rascacielos lo verás claramente. Zona de edificios altísimos, zona de edificios pequeñísimos… y así sucesivamente. 🙂
dioooos, el gato es genial!! que envidia! hmmm, siestecica al sol… 😀
grandes fotos, como siempre… por cierto, felicidades, que no te puse comment en el otro post… queda tarta?
Ooooohhhh que lindo gatitoooooo!!!
La última foto… que prespectiva cogiste? Me encanta!!!
La verdad, da ganas de perderse, con esa luz, y esas calles…
Casi todas son fotos de encrucijadas o me lo parece?
Me quedo con la primera, que gusto poder vivir en un sitio asi de tranquilo.
m
muy guapa la serie, y nostálgicas. Perdidos en el tiempo 🙂
Sebas, tarta no, pero queda un poco de lomo!! Miau!
Queseyo, la última foto está justo desde debajo del árbol mirando hacia arriba, donde cuelgan las lianas del sauce.
Monttse, alguna encrucijada hay, inevitable. 🙂 Con respecto a vivir así, yo siempre que lo veo pienso que me encantaría, pero mi sexto sentido cree que a la larga me aburriría muchísimo… soy pez de asfalto, me temo.
Laura, para más inri, las fotos ya tienen unos cuantos meses… 🙂
Si supieras el asco de tiempo que tenemos por estas tierras comprenderias la nostalgia y la alegria que me produce ver el rayito de sol en estas fotos…
Dentro de poco «Hana-mi» ?no?
Un supersaludo
El sakura está al 60-70% ya… este finde va a ser espectacular!! 🙂