Llegar a Hong Kong tras pasar por el resto de China es llegar a un lugar nuevo, distinto, mucho más moderno que el resto del país. No en vano sigue habiendo una frontera aún para los propios chinos, tienen moneda diferente y a efectos turístico-legales, entrar en Hong Kong significa dejar China atrás, con lo que se pierde el visado para la reentrada.
Son los propios hongkoneses, los que mucha veces reniegan del resto del país, considerándose mucho más civilizados que los «bárbaros» que viven fuera y en gran parte tienen mucha razón. Aún sin tener unos requisitos tan «exigentes» de modales y educación como podemos tener en Europa (y mucho más en Japón) lo cierto es que al menos no hay que ir atento por si un escupitajo te atiza. Notas esto según entras en sus límites y coges cualquiera de sus trenes y metros. Por eso supongo que llama tanto la atención aparecer en las destartaladas calles de Kowloon, zona que se queda un poco a medias entre ambos mundos.
Te ves sumergido entre estrechas calles llenas de rascacielos, entre mares de cemento roido por las lluvias y las humedades, todos decorados con sendos aparatos de aires acondicionados aumentando el sentimiento de abandono y resultando algo claustrofóbico. A pesar del lujo que destila gran parte de la ciudad, no hay que olvidar que también es hogar de muchos hombres jaula, que viven en los más diminutos cuartos y reductos.
En el medio de toda este terreno, se encontraba mi alojamiento, en las míticas Chungking mansions, un lugar que transmitía la mayor de las inseguridades. Mi albergue situado en el séptimo u octavo piso (mi no recuerda) de este conglomerado de alojamientos, oficinas, comercios y un ambiente que no daba nada buena espina respondía al nombre de «Payless hostel». Tentador cuanto poco, no me diréis que no. 🙂
Al final no resultó tan horrible como pudiera parecer, y fue el primer lugar de todo el viaje donde tenía una habitación para mi sólo con su propio baño. Además estaba bastante renovado y tenía hasta televisión! Todo un lujo, en forma de paredes alicatadas y de alrededor de 6 metros cuadrados y donde el aseo formaba un pack que se conoce como «wet room». Habitación húmeda, mojada. Si os fijáis con cuidado veréis el porque.
Efectivamente, hay ducha, pero no hay hueco para la misma. Lo que hay es un agujero en el suelo, con lo cual puedes optimizar el tiempo de aseo para hacer tres o cuatro necesidades vitales a la vez. Descubrí con otros viajeros en diferentes alojamientos, que tanto las habitaciones como los wet room, eran bastante habituales en todas las partes de Hong Kong.
Pasado el shock inicial, empecé a investigar con una mirada mucho más abierta lo que Kowloon nos podía ofrecer. Kowloon, «los nueve dragones», tiene una historia peculiar, pues esta zona fue un limbo legal entre Reino Unido y China una vez que se firmó el tratado de Nanking y así cada cual hacía lo que podía y quería. Dado que el terreno no era muy grande, empezaron a construir (o apelotonar) enormes edificios que se mantenían en pie casi porque se apoyaban unos con otros, mientras la mayoría de las veces apenas quedaban unos metros entre uno y otro que conformaban las calles. No os perdáis estas fotos.
Pero entre toda esta maraña, me encontré con un cúmulo de luces, carteles, neones, apelotonados sin ningún orden ni control que harían palidecer al mismísimo Shinjuku.
Excesivo y desconcertante, a caballo entre merecer ser demolido y las visiones más futuristas, así es Kowloon.
Más fotos hechas por Rick Deckard, aquí.
Madre mía, las fotos esas del link son acojonantes. Me gustaría ver cómo son las conexiones entre cada «edificio» y la calle, el del medio seguro que pasa por la sala de estar de 40 vecinos hasta q pisa la calle, jejeje.
Lo de la ducha multiusos creo q se está extendiendo bastante por aquí también, y anda que no ahorras tiempo! jajaja
Ouch! si algún día me pierdo sin duda, No me busqueis por Kowloon, sólo por fotos ya me agobia… por las tuyas aún se podría salvar, pero con las del link te aseguro que creo que sería incapaz…
Vane, Queseyo, esas fotos son antiguas, ahora muchos edificios se han demolido, y es mucho menos axfisiante. 🙂
Esa ducha me recuerda al baño que tenía un amigo que fui a garrapatear en Finlandia. Según él perfecto para limpiar…
Siempre que te acuerdes de sacar el papel higiénico antes de ducharte…
Oye pues en Copenague así de nórdicos y civilizados es muy normal lo de que haya micro-banyos y que la ducha sea en sí todo el banyo…
Y hombre de dios, un teleco como tu ganando un poquito más que un estudiante en prácticas y sin tener que mantener a una familia, cómo no has buscado un hotelito coqueto con la de ofertazas que hay en Hong Kong!!!! Pero bueno, me imagino que tendrás tus gastos en Japón que todo cuesta algún órgano humano…
Jejeje! Teleco no es sinónimo de ganar mucho dinero por mucho que se quiera hacer ver. 🙂 De todas maneras, a mi si viajo sólo el alojamiento es de lo menos importante, ya que apenas paro para dormir.
A parte de por dinero, defiendo los youth hostel por mucho motivos, pero especialmente por el buen rollo reinante y el intercambio de información entre viajeros y la facilidad de compartir una cerveza con quien sea en cualquier momento.
Además, la aventura es la aventura, no? En China he tenido de todo, desde youth hostels fantásticos por 4 euros la noche hasta otros horribles por tres o cuatro veces más. Pero además, por lo que ví, en Hong Kong va todo por el estilo. 🙂
Bueno, bueno, reclamo un post especifico sobre la experiencia en el wet room, que eso de «Acordarse de sacar antes el papel higiénico» parece indicar el inicio de una buena anécdota 🙂
Me he quedado impactada con el tema de los pisos-jaula, aunque me ha recordado otro reportaje que me puso los pelos de punta. As usual, gracias. Mi foto favorita es la 3a por el encuadre y por el contraste.
La Casa Sin, para lo que acostumbro fui hábil y avispado y lo saque antes de que comenzara el tsunami.
Ozfly, efectivamente, esas son las condiciones en las que vive la gente en China. Logicamente no pude verlo de primera mano, pero se intuye que en una ciudad coronada por el lujo como es Hong Kong, las diferencias sociales son abismales.
Qué buena la mano en el espejo sujetando la alcachofa!!
La foto que le sigue me recuerda a los peores rompecabezas… uff.
Japogo, no había más hueco, eso esta todo!!! La hice como buenamente pude, aunque no sé si se aprecia bien. 🙂
Hombre ya me imagino que viajando solo la historia cambia, da un poco igual todo… Y es verdad que a veces así se puede compartir una cervecita con alguien que esté solo e intercambiar «información». Es que hace poco estaba pensando en ir a Hong Kong y me llamó la atención la de ofertones que tienen en muchos hoteles, aluciné, serán estos tiempos de crisis y los hoteles hacen lo que sea por atraer clientes. Y nosotros ahora viajando con un ninyo pensamos más en la habitación. Ya se me olvidaba en los garitos donde dormimos cuando viajabamos solos 🙂
Si en Hong Kong la verdad es que el tipo Youth Hostel no existe. Quizás hubiera sido mejor mirar un hotel, de todas maneras yo pagaba bastante poco y no creo que me hubiera merecido la pena. Además, insisto, el sitio estaba muy limpio y era la primera vez que tenía habitación propia en todo el viaje (con tele y baño propio). Eso si, la zona daba un poco de miedo. Luego ya te acostumbrabas. Jajaja!
Como de mayor es el nene?
Iba utilizar Hong Kong como puerta de entrada a China (Guangzhou), no parandome mas que lo minimo imprescindible, pero… encontre este post tuyo y me he animado a prolongar la parada un par de dias a curiosear. Y esta siendo un acierto.
Un saludo desde Kowloon! 🙂
Pues me alegro un montón!!! 🙂 A disfrutar!!!