Pues si, flotaba. Al fin uno de los grandes misterios de mi checklist vital resueltos. ¿Cómo sería flotar en el Mar Muerto? Pues muy divertido. Sobre todo por el factor sorpresa. Si, el factor sorpresa: sabes que vas a flotar, pero con tu inevitable habilidad para hundirte reducida, no sabes como vas a sentir esa diferencia de percepción y claro, te da por reírte.
Después de la sorpresa y sentirte levitar, o quedarte tumbado tomando el sol cambiando hamacas por las aguas, no hay mucho más que hacer y el baño no puede durar demasiado, o demasiada salinidad puede ser perjudicial para tu piel… y para tus ojos. Así que se recomiendan baños no mayores de 10 minutos y no meter la cabeza en el agua si no quieres que a tus corneas el champú le parezca colirio en comparación.
Las diferentes zonas de baño que tiene el mar están muy delimitadas y no está permitido bañarse fuera de ellas. El motivo es muy sencillo, si la zona no está limpia es probable que se hayan formado cristales a partir de la solidificación de la sal y podrías salir de allí con una sesión involuntaria de escarificación.
Así que por muy divertido que sea, es terreno inhóspito, tanto que salvo las artemias no hay mas vida en él. A sus alrededores se supone, sin evidencia hasta la fecha, que se asentaban las ciudades bíblicas de Sodoma, Gomorra… que fueron arrasadas a base de azufre y fuego por un Dios cabreado con las perversiones de sus gentes. A día de hoy hay quién argumenta que los restos pueden estar bajo el Mar Muerto, pero sin pruebas hasta la fecha.
Lo que si quedan son los restos de una de las fortalezas más impresionantes que seguramente se podrían encontrar en la época clásica. Situada en la cima de un meseta desértica por encima del Mar Muerto, Masada fue fortificada en el Siglo I a.C. antes de pasar a ser controlada por Herodes que la convirtió en un refugio fortaleza. Añadió torres, barracones, arsenales y almacenes… y dos palacios de lujo con piscinas, que si se quedaban asediados tampoco iba a ser todo sufrir.
De hecho Herodes nunca llegó a ser asediado, pero tras su muerte la fortaleza pasó a estar debilmente protegida y cayó en mano de los zelotes (o rebeldes judíos). Con la llegada del Imperio Romano se centró la atención en este mazacote de piedra y sobre su fortaleza, así que decidieron asediarlo.
Claro que el asedio no iba a ser fácil y la fortaleza estaba bastante bien equipada para aguantar mucho tiempo. No había otra opción, había que asaltarla. Pero ¿como asaltar a una fortaleza en lo alto de una meseta? Por fuerza bruta, claro. Los romanos se pusieron a crear una rampa gigantesca desde el suelo para poder llegar a las murallas con sus armas de asedio. Para chulitos ellos. El fin de los zelotes estaba cerca.
Claro que en semejante partida de póker, no se iba a aceptar la derrota tan fácilmente. Los zelotes prendieron fuego a sus casas, diez hombres elegidos al azar mataron al resto y luego uno de ellos mató a los otros nueve antes de suicidarse. El suicidio colectivo de Masada que dio origen al �complejo de Masada�. Un �no nos cogerán vivos�, �resistir o morir� que hoy en día sigue teniendo una importante carga simbólica para el nacionalismo judío.
Quizás volviéndonos conspiranoicos, podríamos asociar la zona con un halo trágico que daría otra vuelta de tuerca al Muerto del significado del Mar Muerto, pero como toda afirmación, basta con encontrar un sólo momento en que no se cumpla para que tan agorera predicción se derrumbe. Y esa contradicción es el Parque Nacional de Ein Guedi. Ríos, cascadas y un montón de vida animal. Contradiciendo a su vez la definición de desierto, no hay mejor manera de describir Ein Guedi que como un oasis.
Y esto es sólo una pequeña parte de lo que puede encontrarse en esta zona tan orográficamente interesante. Tanto que está relacionada incluso con Mozambique. Si, con un lugar a 5000 kilómetros de distancia, pues toda esta zona se asienta sobre el Gran Valle del Rift, una gran fractura geológica que va separando poco a poco a la Península Arábica del resto de África.
De hecho el propio Mar Rojo es el resultado de esta separación y de ahí la escarpada orografía de toda está franja que se puede ver en una escala menor en el Valle de Araba, una parte del Gran Valle del Rift que es donde nos encontrábamos, enfrentándonos a un lado a las montañas de Jordania y a otro las de Israel. Montañas que se van diciendo adiós, alejándose poco a poco.
Dentro de este valle y muy cerquita del Sur se pueden ver otro parque natural donde las montañas juegan un papel muy importante, es el Timna Park. Un lugar ya conocido por los egipcios por su alta cantidad de cobre, de hecho cuenta con las minas más antiguas del mundo y con un paraíso de fenómenos geológicos que son sin lugar a dudas su principal atracción. Esculturas con la mano calmada de la erosión, moldeando arcos, montañas y creando formas como champiñones.
En resumen, un montón de excusas para pasar unos cuantos días en el desierto. ¿Quién se apunta?
Parte del minubetrip por Israel, junto con Carlos y Miguel.
Yo me apunto! Me encantan los desiertos
Da gloria recordar el viaje con fotografías así Scott 🙂
Geniales las fotos, como siempre. 🙂
Me gusta el contrapunto de las imágenes desérticas con esas cascadas de agua.
Tarea pendiente: flotar en el Mar Muerto 😀
Desde luego… da gusto disfrutar de las imágenes. Conozco esa zona y es increíble la cercanía que ofrecen esas fotografías.
Un placer.
Me gusta mucho la foto de la carretera en medio…da sensación de adentrarse en ese magnífico paisaje