A veces la vida, caprichosa ella, te cruza con quién hacía demasiado tiempo que habías perdido la pista. Dani, es una de las mejores personas que conozco. Quizás la vida le haya hecho así, pero lo haría antes de que yo lo conociera, porque ya por aquel entonces esgrimía una sonrisa ante todo y siempre calzaba buen humor. Aunque ahora con los años he descubierto que no eran sino tretas para hacerme pasar un poco de vergüenza. La respuesta, unas líneas más abajo. No se rían demasiado. Bueno, que diablos. Ríanse todo lo que puedan. Y si alguna vez paseando por alguna ciudad se cruzan con la agradable dulce y seductora guitarra de Dani, párense unos segunditos… después de todo, ¿de verdad que tenían prisa?

Dani

Debía ser finales de Septiembre del 96, 7:30 AM, 18 años recién cumplidos y un sólo concierto a mis espaldas. Mi padre, que ya entreveía que lo mío no era ni madrugar ni llegar a tiempo, me sacó de la cama y me llevó hasta Alcalá de Henares porque cometí el error de decirle que ese día se elegían los laboratorios de mi primer curso en la universidad. Y ahí estaba yo, con sueño y solo. Bueno, solo no. El otro único pardillo al que seguramente habían sacado de la cama como a mí, era un tipo con pelo largo rizado y unas gafas Carrera. «El típico friki que decide estudiar una ingeniería, sacado de una peli ochentera», pensé. A saber las pintas que llevaba yo, claro…

No me fío de las primeras impresiones y hablo con las puertas, así que empecé a hablar con el chaval del tiempo, de los laboratorios esos que había que elegir de la ilusión por la carrera que íbamos a empezar y así como si nada empezamos a hablar de música. El friki ese, Ignacio se llamaba, sabía de Dream Theater, de Primus y no recuerdo si me llegó a comentar que tocaba la guitarra.

Y así, empezamos a vernos día tras día, a llenar los ratos de risas histéricas y charlas surrealistas ¿recuerdas nuestro proyecto para montar una granja de pollitos? a descubrir que la vida nos deparaba zancadillas similares y quizá, a desencantarnos de una carrera que nos enseñó que aprender no es lo mismo que aprobar.

Me introdujo a sus/nuestros adorados Hermanas Sister, hasta se nos puede ver haciendo el grupie en su concierto de Radio3 (Nota de Ig: a partir del 3:24) con las pintas antes mencionadas…

En aquel tiempo no hacía fotos, no tenía ni su ya mítica Powershot, pero se prodigaba en otras muchas artes: Tocaba la guitarra eléctrica (¡esa Les Paul!) y dibujaba en todos los sitios que encontraba, empezó a decorarme carpetas con sus dibujos (que no sé por qué no muestra tanto por aquí, ¿eh? ¿eh? (¡¡exigimos acceso total a la obra del artista!!) y tiene el dudoso privilegio ¿? de haber dibujado el cartel para el que creo que fue el cuarto concierto que di en mi vida.. He aquí la prueba de ello, firmado por el artista.

Cartel Ignacio

No creas que ha cambiado mucho, en aquel tiempo aunque no había blogs y sólo sabíamos que Netscape era mejor que Explorer y buscábamos en Yahoo y Altavista, ya enviaba postales del tío Matt en su estilo epistolar inconfundible, ¡he encontrado una desde Hong Kong del 97! y la he escaneado con permiso del autor para vuestro disfrute si vuestros ojos y la calidad de mi escáner lo permiten…

Postal Ignacio

Postal Ignacio Textob

(Nota de Ig: Para ver en grande, e intentar entender mi ya por aquel entonces ininteligible letra, pulsar aquí)

Luego nos fuimos cada uno por su lado, se fue de Erasmus y yo empecé a trabajar en una empresa en la que descubrí que en vez de tinta había firmado con mi sangre . No supe de él hasta que me dio por escribir un blog («algo» más minoritario) y allí apareció él. Desde la otra punta del mundo diciendo que se había hartado de todo oye, justo lo que yo me disponía a hacer… él se puso a sacar fotos y yo a «hacer la calle» con una guitarra…

Cuando por fin volvió, quedamos para ver a Hermanas Sister (of course) y retomamos todo donde lo dejamos. Es maravilloso encontrar a gente como Ignacio que con sinceridad y humildad decide salirse del camino y además, les va bien. Es una inspiración constante para el resto de personas que quieren saltar o saltan al vacío.

Lo de que además es muy buena gente y esas cosas, supongo que el lector lo tendrá más que claro a estas alturas. No puedes escribir 1000 posts sin dejar que se escape mucho de ti en esas líneas y esas fotos. Cuando surgió su idea de los artistas invitados, recordando su pasado guitarrero, le dije que lo suyo sería mostrar su talento musical a las personas que siguen su blog, para que vierais que hay mucho que rascar en este Ignacio polifacético….

Le pinché para que volviese a tocar y le dejé elegir armas (guitarra eléctrica o acústica) y canción. Eligió una acústica y «Diamonds on the inside» de Ben Harper . Yo he venido a jugar así que, nos sentamos en mi estudio casero, nos enseñamos el uno al otro nuestros juguetes, (que si yo puedo hacer travellings ahora, pues mira mi previo a válvulas, que si tengo una réflex que habla 7 idiomas y hace el café, pues mira mi última guitarra) y nos grabamos esta versión sin trampa ni cartón y con el solo cortesía de nuestro protagonista.

Que ustedes la disfruten o por lo menos, se echen unas risas viendo al señor Izquierdo con esa cara de plena concentración…

Un abrazo,

Hare

PD. Amenazo con otro vídeo de tomas falsas para el post 1500 o para chantajes varios…