Las amuralladas ciudades de Vannes iluminadas y recortadas contra el cielo azul, recordaban que por allí habían pasado 1500 años de historia militar. Situado en la ahora Bretaña Francesa, surgió como una ciudad galorromana, donde un puerto favorecía la actividad comercial, pasando por el bello Golfo de Morbihan, que aún hoy en día, es el centro neurálgico de una población más dada al turismo que a las artes de la Guerra.
De hecho la evolución natural tras visitar el casco antiguo de la ciudad, con sus pintorescas casitas de colores con entramados de madera del siglo XVI, es darse a la naturaleza y recorrer el Golfo o incluso la mucho más interesante península de Quiberon. Así que el plan estaba claro, llegar, tomar el sol, los más valientes a hacer surf y nosotros a darnos a un picnic playero a base de sidra, fresas y carnes y foies de la región. Ni tan mal, oigan.
Siguiendo lo que cabría esperar del Oeste Francés, se suceden los pueblecitos encantadores, y la mayoría de los que pasan por allí, no esperan grandes sobresaltos. Zampar marisco como si no hubiera mañana, engancharlo con cervezas heladas al sol en las terrazas y los más osados, a montarse en una bici para ir de parque en parque, aunque la experiencia nos apunta que lo mas probable es que los trayectos en bicicleta sean para seguir saltando de comida en comida y de bebida en bebida. Llámenla café si quieren.
No quiero además, engañarles, a pesar de las fotos soleadas, de cielos impolutos y azules, lo cierto es que los locales estaban tan sorprendidos como nosotros y así felices y contentos por ver un sol que generalmente no es más que un recuerdo, brotaban como champiñones por las calles de las ciudades, se lanzaban al agua del Golfo, a nado, en kayak o en lanchas y barcos los más pudientes (que por esa zona son muchos).
Así acabas cruzando de isla a isla para tomar un café, que las vistas son muy bonitas, que se está muy agustito y nosotros lo valemos, para acabar volviendo a las calles empedradas a los pies de la catedral a tomarte la última, en forma de crêpe de esos que están tan ricos, con la masa casi crujientita con suculentos toques de chocolate o con delicatessen de carne y queso y que asegurarías que algo muy malo tiene que suceder en breve para poder compensar.
Ah Bretaña. No es de emociones fuertes, pero ¿quién las quiere?
Parte del Minubetrip por el Oeste Francés, Abril 2011
¡Lo tengo! Tú viajas por el comercio y el bebercio… lo de la cámara sólo es una tapadera.
¿He oído tapa? Una de chocos, ¡¡maaaarchando!!
Uaaaau vaya descubrimiento tu blog, las fotos son sensacionales.
Saludos viajeros
Qué fotos más bonitas. Qué pueblos, con qué encanto se presentan. Y el color del agua, impresionante.
Un saludo
No se como puñetas lo haces pero no puedo sacarte ni un pero a ninguna foto, parecen todas seleccionadas con una exquisitez casi enfermiza.
EL cielo de las 2 primeras me parece espectacular!!
Tus fotos son de lo mejorcito que hay…enhorabuena!
Saludos
Japogo, shhhh shhhh… que se destapa el pastel!!!
Paco Piniella, gracias! bienvenido!!
Silvia, son preciosos, sip!!
Dreamflow, *^_^*
Motor, gracias!!
Están hermosas las fotos , si tienes de de Crach , puedes subirlas es hermoso el lugar
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