Hace 5 años me senté, con los dedos congelados por el frío en un cibercafé de Hammersmith en un intento de encontrar una habitación en la que depositar mis huesos en la ciudad de Londres. Y en la desesperación y el aburrimiento que sucedía a ver agujeros (a cual peor) en la ciudad del Támesis, me adentré en el desconocido mundo de blogger, para hacer como tantos otros y abrir un blog que me acercara a toda la gente que había dejado atrás. En aquel entonces parecía una decisión definitiva. Ya ven, uno, adicto al drama. Mi vida recomenzaba, Londres me daba una nueva oportunidad y el blog se convertía en mi nexo con mi antigua vida… y sorprendentemente con la nueva. No sólo los amigos y familiares empezaron a pasarse por aquí, si no muchos nuevos curiosos que se han convertido en compañeros, amigos más allá de la pantalla.

Venturas y desventuras, desalojos, visitas, descubrir los recovecos de una gran ciudad y algún que otro viaje aquí y allí. Islandia, mi primera visita a Japón al tiempo que descubría la isla: Gales, Escocia. Me convertí inconscientemente en reportero no sólo de mi vida, si no de lo que pasaba a mi alrededor, festivales, eventos, conciertos, detalles, momentos… y apunto de convertirme en Sir, Lord o incluso Ingeniero de Proyectos, Londres quedó atrás, llegó Japón para sumirme en una de las etapas más curiosas, divertidas y duras. El retroceso de Sir a analfabeto, la incomunicación como estado natural. Un pais tan peculiar como interesante, un nuevo mundo, que se acabó tan repentinamente como llegó. En apenas unas semanas, mi cuidadoso castillo de naipes en terreno desconocido se derrumbó presa de la crisis y me tocaba hacer las maletas de vuelta al viejo continente. O así debería haber sido.

Y entonces llegaron los ysis. ¿Y si? ¿Y si? ¿Y por qué no? ¿Cuando iba a encontrar un mejor momento para cargarme la mochila y ver mundo? Nada que perder y todo por ganar. Habría que intentarlo por lo menos, ¿no? Y me embarcaba 18 meses de viaje. En total casi cinco años después volvía a casa, al mismo punto donde salí cuando me fui a Londres. Cuando me iba de manera «definitiva». Mirar atrás es simple ahora, pero mirar adelante sigue siendo igual de difícil ahora que hace cinco años. Por qué daba igual lo que imaginara o soñara, no se pareció en nada a lo que me encontré. Ideas y oportunidades que nunca habían cruzado por la cabeza, separadas, redefiniendo mi vida en el momento que dije si.

Y cinco años, 940 posts  y 13875 comentarios después… aquí estamos. Sin saber que va a pasar, pero ahora cada vez con más emoción y menos miedo. Además, ahora somos muchos más.

Gracias.

Ignacio5