(Post, queridos amigos, que quedo atrapado entre arboles centenarios y tardó en llegar, pero si no habría llegado puntual un tal 7 de Diciembre de 2009)
�En el momento que te muerde, tienes 30 minutos antes de que te alcance la muerte. Eso no quiere decir que tengas 30 minutos para llegar al antídoto más cercano pues habrás entrado en coma mucho antes� me comentaba uno de los guías. Mucho más tranquilo me quedo, donde va a parar.
Una víbora crotalina reposaba tranquilamente en las ramas de Taman Negara, la selva más vieja del mundo. 130 millones de años que han dado forma a una impenetrablemente densa jungla donde sólo una pequeña parte es apta para el consumo turístico. Los más atrevidos ven en su corazón, el Gunung Tahan, el pico más alto de la malasia peninsular, el reto de la aventura más salvaje. Me lo podía creer. La más pequeña de las rutas ya necesita de un par de días con paradas en mitad de la jungla, buen equipo y guías expertos.
No era al primera parada selvática de Malasia, pero quizás la más impactante. Pocos lugares podrían desafiarla, en cuanto a tamaño, densidad y riqueza animal y vegetal, pero mi anterior parada, Cameron Highlands sin ser tan espectacular, había tenido mucho encanto pues había sabido aunar selva con enormes colinas cubiertas de plantaciones.
En aquel entonces yo sólo quería perderme un poco por la montaña. Hacer alguna ruta entre árboles pero cuando empecé a agarrarme a las raíces, a trepar por ellas entre los pequeños claros embarrados que permitía la frondosa jungla, estaba redefiniendo mi concepto de trekking.
Con una velocidad punta de alrededor de un kilómetro por hora y con la niebla y la lluvia animando la jornada, no había motivos para el jolgorio, pero en ese bosque encantado, seguramente hogar de meigas, trasgos, duendes y otros equivalentes malayos, me lo estaba pasando en grande. Nunca había estado en un lugar así. Nunca había estado en la jungla. Ciertamente avanzar era lento y pesado, pero tenía el sabor divertido que tienen los retos si las cosas se complican un poco.
En el pueblo ya me habían advertido que algunos de los guías locales se dedicaban a cambiar o borrar pistas y señales para asegurarse que la gente requiriera de sus servicios, pero yo no estaba dispuesto a recurrir a tan burdo chantaje y además precisamente quería caminar solo, a mi ritmo. Descubrí que no había demasiada pérdida. Sólo había un único camino que subía y bajaba por lugares imposibles.
Por aquel entonces ya me había percatado de que seres fantásticos no me iba a encontrar por el fantasmagórico camino y que en cambio tenía muchas más posibilidades de encontrarme con sanguijuelas y otros bichos de aún peor renombre. Afortunadamente no fue así y aunque la selva iba cobrando vida a mi alrededor sólo lo hacía con sonidos, donde mis inexpertos ojos no alcanzaban a diferenciar nada entre la maleza.
Las Cameron Highlands fueron además un fresco alivio. A alrededor de 1500 metros de altura la temperatura se mantenía durante el día por debajo de los 20ºC y caía un poco más por la noche. Recuperé agradecido la ropa de abrigo del fondo de la mochila para perderme también por las plantaciones de té. Cuan diferentes de los cultivos de trigo. El té se extendía por los montes, suavizando sus formas, como si alguien hubiera colocado pacientemente una manta por encima. Delicioso.
Taman Negara en cambio era un horno tropical que me hizo sudar hasta la última gota. No llevaba ni una hora caminando y ya tenía una capa de sal recubriendo mi piel. Dado que no estaba preparado para incursiones serias en el corazón selvático, opté por la más popular de las rutas de unas pocas horas por la zona. Esta tenía el aliciente además de atravesar casi 300 metros de pasarelas de dosel por las cima de la jungla. A pesar de ser completamente seguro, cada paso bamboleaba la estructura que oscilaba a 45 metros del suelo mientras paseabas cual pájaro por las cimas de los árboles.
Pero los suelos húmedos además de hormigas enormes, todo tipo de mariposas me �obsequiaron� con nada agradable encuentro con las sanguijuelas. Cuanto quise darme cuenta ya tenía una decena por pie, bien dentro de las botas, atravesando los pantalones y los calcetines como si fueran invisibles.
Qué ser más desagradable… y tan difícil de matar. Que horror. Sólo había que fijarse para verle estirarse verticalmente alargando su cuerpo para adherirse a lo primero que pase. En el momento que te toca estás perdido. Como cinta adhesiva doble no hay manera de desprenderse de ella. Ale, a salir corriendo y arrancar a los afortunadamente pocos que se estaban dando un festín con mi sangre. Que quieren que les diga, me quedo con los monos manque me muerdan.
Me comentaron con posterioridad que hay un repelente específico para ellas una de tantas cosas de las que yo carecía y por lo que ni me planteé adentrarme más en la jungla y mucho menos para una ruta de varios día. La cima del Gunung Tahan de momento habría de esperar.
Pero ya bastaba de jungla, montañas y selva. Ya me pedía el cuerpo un poco de alejarme de sitios tranquilos y readentrarme un poco en junglas de asfalto, sentir la energía del barullo de ciudad, así que sin más paradas intermedias no queda más que dirigirse a la capital. ¿Estaría Kuala Lumpur a la altura? En breve en su blog amigo.
Que verdes más brutales! La foto del felino está hecha con cámara trampa o te dedicabas a la caza fotográfica?
A la altura no sé, que 1500 metros son muchos. Pero seguro que tu la sacas bien favorecida.
A pesar de lo maravilloso del sitio, no se si sería capaz de sobreponerme a la presencia de las sanguijuelas, ¡que horror! Leyéndote estoy descubriendo que soy más aprensivo de lo que imaginaba. En cualquier caso, sigue disfrutando del viaje. ¿Tienes pensado ir a ver al sultán de Brunei? Debe ser cuanto menos curioso observar un lugar de tradiciones medievales con el dinero que da el petróleo y las posibilidades de lujo actuales.
¿No hay fotos de los pinreles y de las criaturitas en medio del festín…?
la roxima vez que te adentres en la selva, mete un botecito de sal en la mochila: es mano e santo contra las sanguijuelas: no las espanta, pero si te pican, basta con que las alinyes un poquito y se desprenden solas (sin dejar la cabeza dentro, que es el riesgo de cuando las arrancas).
Lo aprendi en el trekking de Iriomote, y tambien que lo mejor para evitar que te pillen, es ir acompanyad@ de mi amiga Alena, que las pillo todas mientras a mi m dejaban en paz !
Apuntatelo para la proxima 😉
He entendido bien? Te metiste solo en la selva? Y te atacaron sanguijuelas? Joder, me convierto en gallina nada más que de pensarlo… pooooc,poc,poc.
Sanguijuelaass!!! le tenía pánico de pequeña!!! sigo teniéndoselo, jaja.
Oye Igna, que todos los post llegan tarde!! a ver si curras un poquito eh? si es que yo no sé a qué te dedicas, todo el día sin hacer nada!! 😛
ohh!!! que horror, junto con las cucarachas, bajo mi punto de vista, las sanguijuelas son los bichos mas asquerosos de este planeta. Alguna vez me he topado con ellas y ese tacto viscoso que tienen, y lo que se agarran las jodidas, por cierto Carmen te doy las gracias yo también, apunto consejo y bote de sal para la lista de la mochila de excursiones.
Por lo demás tiene muy buena pinta esa jungla, parece sencilla y entretenida, y a la sombra jejeje, los que estamos acostumbrados a hacer trekking por las despobladas cumbres de los pirineos agradecemos muchas veces un trekkin así a la sombrita.
Las fotos como siempre estupendas. hoy me quedo con los mantos de Te.
saludos y disfruta de la jungla de asfalto con sus grandes edificios y sus llamativos neones.
jejeee… quien dijo mieditoooo…. que tiemblen las serpientes, las sanguijuelas…y toda la selva…jajaaa claro que por pasar por un puente colgante.. igual merece la pena!!!!
Cuidate
Si me dan a elegir, antes que las sanguijuelas me quedo con la víbora esa que te mata en 30 minutos… vaya grima que me dan!!!
Y una inmersión selvática tu solito… tampoco me produce mucha seguridad… por eso, olé tus…
Las plantaciones de te, espectaculares.
Un abrazo
Mmm… me apunto al club de los sanguijuelafóbicos. No me gustan los bichos chupasangre.
Preciosas las fotos de las Cameron Highlands.
Ya te lo han preguntado… cómo sacaste al gatazo, al lechuzo y al culebro? Tienen un zoo, o les chiflas y posan para ti?
Es Mowgly, que habla con los animales de la selva y les convence para dejarse hacer fotos, ¿no lo sabíais? 😉
buaaa, que bestias las plantaciones de té.
Se puede saber pa que coño te acercas a fotografiar a una serpiente de esas!!! animalikooo, con cuidado!!!
Me encanta la junglaaa, bueno, las sanguijuelas no tanto…
La foto Cameron Highlands 08 me recuerda al Señor de los Anillos: «Salir del camino, yaa!!!»
Qu’e suerte tuviste con los animales que has fotografiado! Parec’ia que estaban esperando por ti! Qu’e distinta se ve la jungla si no la pinta disney, yo tampoco me habr’ia adentrado m’as con tanta sanguijuela, pero s’e un ant’idoto: un mechero, ench’ufalas con el fuego y ver’as que guay. Por cierto, ese tratamiento de sanguijuelas no es el que sigue Demi Moore? A ver si vas a volver con 2 a~nos menos! jejeje.
Ah, las plantaciones de t’e, acojonantes. Me estaba imaginando desde aquellas plantaciones a las bolsitas del super… en el camino nos perdemos algo… abrazo!
Jo! pues a mi me parece un lugar hermosísimo, tan verde y con la manta de té sobre las colinas!, las fotos de la selva con la niebla impresionan, dan miedo y emoción, mola!
Lo de las sanguijuelas ya es peor, esos bichejos son bastante discasting…
A Kuala pues, tengo ganas de saber, Malasya es xa mi uno de los lugares que deseo desde hace tiempo visitar…
Buen viaje de nuevo al hormigón y a las sendas asfaltadas!!
^_^
Qué fotones, hay que reconocerlo, te has lucido pero bien con estas fotos, felicidades 😉
Increíble! Me la suda que las sanguijuelas te dejasen sin glóbulos rojos, merece la pena tu sacrificio con tal de ver esas fotos! jajaja 😉
Por cierto, me gustaría poner alguna de ellas de fondo de escritorio, que ver paisajes en el ordenata siempre me ha gustado. ¿Hay alguna forma de descargarlas en la mayor calidad posible? Es que en Flickr me salen muy pequeñas XD
Muchos ánimos! 😀
También mi pregunta es sí te metiste tu solillo a la Jungla (aunque sea unas horas), pero que peligro y don gatito se dejo tomar la foto naaa, nos explicas esos detallitos. Que valor hombre y que fotos me encantaron las plantaciones de te??
Jur, envidia. Mucha envidia. Bueno, por las sanguijuelas no, (aj, como las babosas pero pero, y no soporto las babosas…).
Yo no se si tendría valor para hacer un viaje así, ganas muchas, pero soy un poco gallina. ^^
Espero el siguiente reporte ^^.
Buen viaje!
quedan «tigres» en Malaisia?
todas las selvas primeras son «peligrosas»
este parece muy rica en biodiversidad.
Las fotos son muy interessantes
Morfet, la foto es mucho más simple. Era una especie de safari nocturno. Ibamos con el guia y una linterna de competición y él alumbraba a los animales que generalmente se quedaban petrificados y era el momento de hacer la foto. Claro que las condiciones no eran las óptimas y las fotos no son excesivamente nítidas (por no decir nada). La curiosidad vino cuando vimos un perezoso (demasiado lejos incluso para hacer una foto) y el pobre se intentaba escapar de la luz… a velocidad de perezoso. O sea… sin éxito!
Oria, jajaja! Gracias! 🙂
Diego, está pensado, aunque será una breve parada, lo que no sé es como cuadrarlo… según se den los acontecimientos, que sigo sin saber hacer planes!
Lograi, cada segundo contaba! No iba a ponerme enfocar cuando me estaban absorbiendo la vida!! argh!!! 🙂
CARMEN, tomo nota! Tenemos que patentar a tu amiga!
Japogo, pues algo así… 🙂 popopoooooo!!!!
Vane, si ya sabía yo que al final se iba a descubrir el pastel. Vividor, que soy un vividor!
Jose Diego, pues yo en este viaje ya he tenido combate a muerte con las cucarachas y con las sanguijuelas! jajajaja! Que horror…
Cristina, si, claro que merece la pena. Lo que pasa es que para la próxima ya hay que ir en condiciones. Con el machete entre los dientes, vamos!
Memoriadepez, si, la serpiente tan tranquilita ella, si que impresionaba, pero lo de las hordas de sanguijelas era mucho peor. Que te atacaban de manera sistematica y organizada! puagh!
Pierre, me uno al club… para el tema de los bichos te remito a la respuesta a Morfet, un poco más para arriba. Es un poco un safari nocturno sin estar preparado. Lo primero que nos dijo el guía es… Yo no prometo que vayamos a ver nada, pero bueno, algo si que encontramos! jajajaja!
Yoda, que saben que les saco favorecidos! 🙂
Alex, si papa… 😀
Santi, total!
Diego Labajos, luego me comentaron que hay un repelente específico para las sanguijuelas, spray para las patorras y ale, a correr por la jungla, que la menos estas pasarán de tí. 🙂
Nuala, estoy de acuerdo contigo! La selva mola y las plantaciones de té mucho más!
Mochilero, gracias!
Dani, de momento no se pueden descargar en tamaño más grande. Las tengo protegidas por robos anteriores. 🙂
Monchoman, pues si, me metí solito. Quería llegar a otro punto, pero ya me avisaron que eran unas cuantas horas (lo cual no sería problema) pero tenía que pagar una barca que me trajera de vuelta y yo sólo era un dineral. Entre eso y las sanguijuelas, me dí la vuelta…
Olba, las sanguijuelas son muchíiisimo peor que las babosas. De verdad. Son super rápidas y asquerosas.
Marie Mide, quedar quedan… pero verlos si que es difícil…
😀 Gracias a todos por los comentarios!! Siento el retraaaso en responder!!!
Saludos!