Les doy permiso para que me saquen los colores. Tan cerca y territorio, para mi, tan desconocido. Alberto y yo nos adentrábamos en Trás-os-Montes, una de las regiones menos frecuentadas del Norte de Portugal y de la que yo ni siquiera había oído hablar. La ignorancia tiene de vez en cuando sus cosas buenas, como sorprendente con esta región que convive en tranquilidad con la naturaleza y sentir que descubres un tesoro. Colinas, valles, montañas y sobre todo el Alto Duero, el mismo que acabaría desembocando en Oporto y que aquí se convierte en un estupendo atractivo para la zona.
Allí, junto a la frontera salmantina, en el momento que el río se despide definitivamente de España, se encuentra la pequeña y deliciosa Freixo de Espada à Cinta, sumergida entre los vaivenes del terrenos y donde su Torre do Galo sobresale entre un estanque de tejas rojas. Su nombre, dicen, tiene origen en unas cuantas leyendas con ciertas similitudes entre ellas. “La espada en el cinturón del Fresno” podría surgir de un noble del siglo X cuya heráldica estaba formada precisamente por una espada y un fresno o del caballero Espadacinta que después de batallar contra los árabes, se sentó a descansar bajo un fresno donde dejo su espada colgada y ese punto se acabó convirtiendo un asentamiento, el de “Fresno de Espadacinta”… Hay otras historias similares, pero todas parecen mantener constantes el fresno y la espada, así que para no desmerecer los cuentos a día de hoy ambas, tanto el fresno como la espada, se pueden encontrar junto a la Iglesia de San Miguel. Y que cada cual cree su propio origen.
La propia Iglesia de San Miguel también tiene sus peculiaridades pues entre las decenas de detalles de su bellísimo altar se puede encontrar un santo con gafas. ¿Quieren más curiosidades? La propia y omnipresente Torre do Galo es excepcional por su planta heptagonal. Pequeños grandes detalles que enriquecen el legado de este lugar y que ya habrían servido como excusa más que suficiente para pasarse a conocerla, pero nosotros habíamos llegado por otra razón. Siguiendo el rastro de pétalos blancos y rosados de los almendros.
Y es que alrededor del Duero, a finales de Febrero y principios de marzo, los almendros florecen llenando los campos de un manto blanco que puede verse y disfrutarse por muchísimos de sus paisajes. No solo Freixo de Espada à Cinta, sino otros municipios como Mogadouro, Vila Nova de Foz Coa, Torre de Moncorvo o La Fregeneda, ya en terreno salmantino. Es uno de los momentos más importantes del año y alrededor de esta demostración de belleza de la naturaleza se organizan decenas de festividades por la zona. Entre ellos “La Festa das Amendoeiras en Flor” de Freixo de Espada à Cinta, que se alarga durante nada más y nada menos que tres semanas en Marzo.
¿Quieren más leyendas? ¡Marchando!
Existe otra que cuenta que la proliferación de almendros por la zona se remonta a la época de dominación musulmana, cuando el rey Ibn-Almundim se casó con Gilda, la hija de un gran señor de los pueblos del Norte. La bella princesa, nostálgica de sus tierras del Norte, más frías y de picos nevados, fue cayendo más y más en la apatía y la tristeza. Fue entonces cuando Ibn-Almundim ordenó plantar miles de de almendros, para que cuando floreciesen cubrieran las tierras con pétalos blancos, que parecieran que la nieve había llegado, y que su Gilda abandonara la melancolía por la felicidad.
Es decir, el espectáculo que disfrutamos a día de hoy y que atrae a centenares de visitantes no es si no el resultado de una acción de amor puro. ¿Bonito, verdad?
Pero hagamos caso o no a la leyenda, que también se atribuye a la zona del Algarve, lo cierto es que a día de hoy la almendra es uno de los principales productos de la zona y la floración es la excusa perfecta para conocer la zona y las festividades de Freixo. Solo hay que pasarse por su gigantesca carpa para disfrutar de música, actuaciones y como no, un fantástico mercadillo de artesanos y de productores locales. Y es que no solo de almendra vive la zona, así que si pasáis por allí preparad el paladar para disfrutar de quesos, embutidos, dulces y por supuesto vinos.
Lo del Duero y el vino es una relación de amor ya consolidada. A lo largo de su recorrido y hasta desembocar en Oporto se produce excelente vino como lo demuestran decenas de bodegas y Denominaciones de origen específicas. Solo en la parte española ya tenemos Ribera del Duero, Valtienda, Cigales, Rueda, Toro, Tierra del Vino de Zamora y Arribes. Mientras en la parte portuguesa nos encontramos con Duero, Beira Interior, Távora-Varosa y Porto. No esta mal, ¿verdad? Por lo tanto si estás por la zona no deberías dejar de vivir algo de su enoturismo y visitar alguna bodega como Quinta dos Castelares, enmarcada en una preciosa finca en mitad del Parque Natural do Douro Internacional.
La cercanía del Duero le permite a Freixo de Espada à cinta disponer también de su propia playa. La de A Congida, que a pesar de ser fluvial es tan espectacular que incluso tiene su propia bandera azul. Es una zona fronteriza con España, espectacular por los cañones que lo rodean donde además de alojarse y obviamente remojarse, se pueden hacer paseos en barco por el propio río.
No está nada mal para ser una sorpresa, ¿verdad? Pues sí, pequeños trocitos del mapa que se van descubriendo poco a poco, rincones que se van llenando de luz y de realidad… y tan solo a una hora de Salamanca. No seáis como yo, si no conocéis aún Trás-Os-Montes, el Alto Duero y por supuesto Freixo de Espada à Cinta ya teneís un planazo de escapada.
Donde alojarse en Freixo de Espada à Cinta:
Durante los días que nos quedamos en Freixo, nos alojamos en el hotel Freixo Douro Superior, superrecomendable por estar en una colina en la parte alta de la ciudad, con lo que las vistas son geniales, pero también por disponer de piscina exterior y jacuzzi para relajarse. Para que no digáis que no os doy recomendaciones para cuidaros. 🙂
Tus reportajes siempre son preciosos. Tengo la suerte de conocer bastante de Portugal. Saludos.
Pues si! Que suerte!! 🙂 Mil gracias!!!
Me encanta como ha quedado el articulo y lo bien que lo pasamos recorriendo parte del norte de Portugal, vete haciendo la maleta que volvemos pronto. Un abrazo enorme